Fernando Mollinedo

mocajofer@gmail.com

Guatemalteco, Maestro de educación primaria, Profesor de segunda enseñanza, Periodista miembro de la Asociación de Periodistas de Guatemala, realizó estudios de leyes en la Universidad de San Carlos de Guatemala y de Historia en la Universidad Francisco Marroquín; columnista de Diario La Hora durante 26 años, aborda en sus temas aspectos históricos, educativos y de seguridad ciudadana. Su trabajo se distingue por manejar la palabra sencilla y coloquial, dando al lector la oportunidad de comprender de modo sencillo el universo que nos rodea. Analiza los difíciles problemas del país, con un criterio otorgado por su larga trayectoria.

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Está muy bien; lo reconozco, que a todas aquellas personas que brindaron su tiempo, esfuerzo, conocimiento, voluntad y afán de servicio al prójimo, en la catástrofe producida por la erupción del Volcán de Fuego, se les reconozca con el merecido título de HÉROES. Algunos reconocidos por su uniforme y otros que en forma anónima se proyectaron hacia su prójimo.

A instancia de Aura Estela Díaz de la Roca, madre de mis hijos, escribo estas líneas que pretenden llevar un alivio y bienestar futuro para quienes de una forma directa o indirecta estuvieron involucrados en la búsqueda, localización, rescate, atención postraumática, alimentación y otros servicios esenciales brindados a las víctimas de la erupción volcánica.

Aura Estela propone a las autoridades gubernamentales lo siguiente: 1) censar a los rescatistas y voluntarios a efecto de brindarles una cobertura sanitaria que prevenga de forma integral los ulteriores daños físicos que pudieran causarles la inhalación de los gases volcánicos calientes, materiales sólidos calientes, aire contaminado, humo, ceniza, lluvia ácida y arena que pudo tener hasta más de 400 grados de temperatura.

2) Para el efecto, diseñar un cronograma de actividades de control sanitario mínimo consistente en chequeos médicos una o dos veces por mes en los hospitales nacionales y privados, clínicas especializadas que colaboren en los siguientes aspectos de atención: en Liga Nacional contra la Tuberculosis, Hospitales de Cardiología, Liga de Salud Mental, exámenes Ópticos en Pro Ciegos, 4) control Dermatológico, cuidado pedicurista y 5) control de quemaduras de diferentes grados, entre otros.

AMOR, CON AMOR SE PAGA. Dicho popular que encierra valores éticos y morales impregnados de sabiduría y agradecimiento por las acciones positivas recibidas por quienes necesitados en su momento encontraron la mano desconocida pero solidaria que les salvó la vida, brindó apoyo, previno y acompañó en esos instantes tan conflictivos para quienes los estaban sufriendo.

Las secuelas por exposición cercana o lejana al material piroclástico son desconocidas, por ello, prevenir resulta ahora mejor que lamentar enfermedades y sufrimientos posteriores; la administración del Estado llamada GOBIERNO, tiene en sus manos la decisión de implementar esta propuesta que nos parece novedosa, humana y justa.

CREO en la solidaridad de los guatemaltecos, todos. Por ello estoy seguro que las instituciones médicas privadas aportarán su ayuda a esta novedosa propuesta, atendiendo a los rescatistas. ¿Cuántos hospitales y clínicas privadas podrían colaborar con su aporte médico social a esta población rescatista?

OJALÁ que esta propuesta tenga eco en el Colegio de Médicos para coordinar con el Ministerio de Salud esta futura actividad, y puesto que la mayoría de profesionales médicos son graduados de la Universidad de San Carlos, su formadora intelectual y profesional; ahora es la oportunidad de devolverle algo de lo recibido del pueblo de Guatemala para su formación científica. ¿Aeroclub podrá llevar jornadas médicas a las aldeas y municipios afectados? Espero que SÍ.

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