Alfredo Saavedra
Desde Canadá.- Víctima de acoso y burlas en la escuela, Lizzie Velásquez creció bajo el asedio de la patanería, en un período de su vida en batalla contra una realidad circundante que al nacer bajo el peso de un desorden genético, con similitudes, conforme a la condición llamada progeria, le afectó su físico con una irregular deformación que con el tiempo, en la adolescencia, edad de promesas para los jóvenes, le “ganó” el despreciable epíteto de: “La mujer más fea del mundo” en un acto de insolencia que ella con humildad y resignación llegó a aceptar para convertirse en un excepcional ser humano que ha motivado a millones de personas que ahora la admiran por su mensaje de esperanza para los que sufren por la desconsideración de los demás.
Lizzie, de 28 años de edad, ahora, de ancestro hispano es oriunda de Austin Texas y nació prematuramente con un peso menor de tres libras y luego con las consecuencias mencionadas de su deformidad, lo cual, al crecer, no fue obstáculo para completar sus estudios secundarios y luego estudiar y graduarse en estudios de comunicación en la Universidad del Estado de Texas, lo que explica su capacidad de oratoria que sirve, según lo ha explicado “para ayudar a otros a superar su propia estima, compartiendo mi propia historia”.
Ha dicho Lizzie: “Desarrollar la confianza en mí misma, tomó muchos años, pero valió la pena. Algunos días son más difíciles que otros, pero es así como se puede demostrar que es posible desarrollar amor por uno mismo. Es usted quien tiene que hacer esa decisión”. Con esa tesitura de mensaje, la joven ha atraído a más de 700 mil personas por el sistema de YouTube, con una sección de comentarios, en los que como ocurre en los sistemas, como en el que se publica esta columna, nunca faltan los insolentes que como en el caso de la señorita Velásquez, más de algún bárbaro, en un acto de crueldad sin límites le dijo “que mejor se suicidara”. Expresión sólo proveniente de esas mentalidades vesánicas que Lizzie, con su extraordinaria madurez recibe con la tolerancia que le ha dado su espíritu y su mentalidad de alta inteligencia.
Durante sus conferencias públicas, la joven Velásquez, con sus palabras llenas de ternura y sabiduría, ya expuestas en los libros de su autoría “Sé bella, sé tú misma”, así como el titulado “Eligiendo la felicidad”, éste último referente a los obstáculos que ha tenido que enfrentar y la forma de encontrar la felicidad cuando todo parece difícil, ha sido tan emocional su discurso que en la audiencia jóvenes (mujeres y hombres), rompen a llorar impresionados por la historia de esta mujer, que con sus defectos físicos, pero con extraordinario espíritu ha sabido superar su condición y enfrentar desde niña el “bullyísmo” (acoso), que ahora es tema en sus pláticas para que la sociedad, por medio de la educación, enseñe a superar.
Lizzie, a consecuencia de su síndrome es casi ciega, pero se moviliza por su cuenta y no es raro que por la calle se le aproximen personas para abrazarla, lo cual resulta más que conmovedor. Como es la escena de un video donde aparece descansando en las gradas de un edificio frente a un parque, donde con la mirada tendida hacia el horizonte parece meditar sobre lo lindo que es la naturaleza, como la descripción que hace su madre Rita, en el primer libro editado en inglés y en español con el sugestivo título “Lizzie is beautiful: The Lizzie Velásquez Story”. Y sí que lo es, es una mujer realmente bella.
Lizzie profesa la religión católica y sobre su fe, ha dicho: “Ha sido como una roca para todo, y cuando hago oración y le hablo a Dios, yo sé que Él está conmigo”.