Lic. Douglas Abadía C.
douglas.abadia@gmail.com

El Mundial de Futbol de Rusia 2018 comenzará oficialmente el 14 de junio de 2018 cuando Rusia y Arabia Saudita disputen el primer partido en Moscú.

Es el principal torneo internacional oficial de fútbol masculino a nivel de selecciones nacionales en el mundo. Este evento deportivo se realiza cada cuatro años desde 1930, con la excepción de los años de 1942 y 1946, en los que se suspendió debido a la Segunda Guerra Mundial. Cuenta con dos etapas principales: un proceso clasificatorio en el que participan en la actualidad cerca de 200 selecciones nacionales y una fase final realizada cada cuatro años en una sede definida con anticipación en la que participan 32 equipos.

La coyuntura de la lucha contra la corrupción no solo se da en Guatemala, se da en todo el mundo, razón suficiente para que varios jefes de gobierno y de Estado (Morales, Ortega, Lula, Peña Nieto entre otros) metidos en problemas de alta envergadura se hagan acreedores a un “respiro” durante un mes aproximadamente, esto derivado de que un segmento considerado de la población chapina como del orbe se olvidarán de los problemas políticos, sociales y económicos que cada país enfrenta (¿será que en el mes de junio seguirán los bloqueos?)

Los medios de comunicación estarán topados de información del Mundial de Rusia 2018, nos saturarán tanto que nos dará amnesia y sobre todo nos sacará de los verdaderos temas de importancia para el buen gobierno de cada uno de los países del mundo.

En el caso de Concacaf, región futbolística a donde pertenece Guatemala, pues puede resultar comprensible y entendible que países como México, Panamá, Costa Rica vivan al máximo la justa mundialista pues las selecciones nacionales de dichos países participarán en Rusia 2018, mientras que nosotros los chapines después de aniquilar el futbol con personajes oscuros corruptos lo tendremos que ver para variar sin la participación de nuestra selección nacional (en estos momentos en la calle de la amargura gracias a pseudo dirigentes que destrozaron al balompié nacional), no existe ninguna razón de peso para estar conectado al internet y al televisor viendo un Mundial donde brilla por su ausencia la participación chapina (100 años aproximadamente de mediocridad).

Al final el Mundial se verá y vivirá en Guatemala, haciéndole culto a selecciones de carácter ajeno evidenciando nuestro débil nacionalismo y sacando a flor de piel complejos de inferioridad gritando goles alemanes, franceses, ingleses, brasileños, argentinos pues no poseemos identidad (fenómeno más intenso que el derby Real Madrid-Barcelona, donde por los calles se observa a cientos de camisolas de ambos equipos).

Basta recordar el partido de la selección de Argentina en Guatemala, en pleno Doroteo Guamuch la “afición chapina” abucheaba a la azul y blanco y aplaudía y se ponía de alfombra frente a la magia de Messi y compañía.

Evitemos que lo secundario se vuelva prioritario, Guatemala y la mayoría de países del mundo deben enfrentar sus retos y desafíos, no se pueden dar el lujo de perder un mes más en gestiones que han dejado mucho que desear.

Como guinda al pastel, ojo estimados lectores, el futbol va de la mano con el consumo de alcohol, cuidado con el puñado de borrachos que andarán por las calles orinando a diestra y siniestra o claveando pasados de copas, produciendo accidentes de tránsito, riñas, etc.

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