Juan Francisco Reyes López
Jfrlguate@yahoo.com
Nunca antes en la historia de Guatemala habían desfilado en un mismo día tantas personas por el Palacio Nacional y todas ellas pudieron estar cómodamente en el Patio de la Paz en diferentes momentos.
Ello hubiera sido muy difícil si el Patio de la Paz, desde el tercer piso, no contara con un inmenso domo que fue adquirido e instalado durante el gobierno del presidente Alfonso Portillo y mi persona como Vicepresidente.
Durante los preparativos de la última visita que hizo a Guatemala su Santidad el Papa Juan Pablo II, tomé la decisión de comprar los dos domos, los cuales fueron importados y diseñados en Alemania y hoy han convertido al Palacio Nacional en un ambiente totalmente distinto, por cuanto permiten que el Palacio de la Cultura sea utilizado de día y de noche, con lluvia o con mucho sol, como un espacio sumamente agradable.
Los domos en cada uno de los patios también significa preservar el medio ambiente interior del palacio, por cuanto, evita que el aire contaminado pueda entrar libremente, esto preserva todo el artesanado de madera, las pinturas, las puertas y todo lo que contiene el primero, segundo y tercer piso de cada uno de los cuerpos en que está dividido el Palacio y que no contaban antes del gobierno del presidente Alfonso Portillo con techo alguno.
Lamentablemente el domo del Patio oriente se rasgó durante el gobierno del presidente Berger e inexplicablemente no ha sido reparado ni en el gobierno de Berger ni en el gobierno de Colom ni en el Gobierno de Otto Pérez o del presidente interino Maldonado, esperemos que el actual gobierno y específicamente el Ministerio de Cultura y Deportes lo repare y reinstale.
De llegar a ser reparado se estaría dejando un Palacio con los dos patios interiores casi herméticos y, como se comprobó durante los funerales del presidente Álvaro Arzú, los domos permiten utilizar indistintamente cada uno de los dos patios de día y de noche, sin importar si el clima es lluvioso o soleado, frío o caluroso.
El Palacio Nacional de la Cultura es sin duda alguna el Palacio más bello que existe en toda América Latina, sin embargo, no se le asignan recursos adecuados y suficientes para su permanente conservación, lo cual significa que nuestro Palacio Nacional no solo se ve afectado por la falta de uno de los domos sino porque no se ve que le hagan mantenimiento a todas y cada una de las oficinas.
Quienes han entrado en el segundo piso a lo que era y sigue siendo ceremonialmente las oficinas de la Presidencia saben que los ambientes en dichas oficinas tienen un trabajo de artesanado y tallado espectacular.
Si los fondos que se le asignaran al Palacio fueran los que corresponden, el mismo podría transformarse en el Palacio de la Historia y la Cultura y paulatinamente cada oficina del primero, del segundo y del tercer piso ser un museo, como lo es el Palacio Real de Madrid; incluso, lo que se cobra a los turistas internacionales y nacionales por ingresar y conocer el Palacio, destinarlo al mantenimiento de esa joya arquitectónica que le legó al pueblo de Guatemala el gobierno del presidente Jorge Ubico.
El actual Ministro de Cultura y Deportes es un hombre experimentado e inteligente y debe conservar y mejorar nuestro Palacio Nacional.
¡Guatemala es primero!