Félix Loarca Guzmán
Esta magistral obra de “Guayo” como afectuosamente le llamamos quienes le tenemos en alta estima, es una verdadera joya literaria, que vale la pena leer y disfrutar.
El dilecto y destacado escritor Héctor Eliú Cifuentes, explica en la nota de presentación, que se trata de un libro de poesía en cuatro estancias con un título muy controversial. Añade que son poemas con pinceladas de reminiscencias, de memorias y evocaciones encendidas frente al intemporal olvido.
Estas cuatro estancias son In Memoriam, Poesías de la Angustia, Poemas Íntimos y Cantos de Amor.
Por razones de espacio no me puedo extender a todo el contenido de estas cuatro fases del libro. Únicamente haré referencia a la que “Guayo” denomina In Memoriam, en la cual figuran diez poemas. Una de estas creaciones extraordinarias del autor, tiene la magia de retratar con gran habilidad la pobreza, la injusticia, y en general la miseria, que fueron las raíces de la guerra interna que por más de treinta años se libró en Guatemala entre 1960 y 1996, con una estela de violencia, muerte, luto y dolor, que dejó el saldo trágico de más de 200 mil muertos y desaparecidos.
También sobresale la brillante pieza poética dedicada a mantener viva la memoria de Manuel Colom Argueta, considerado por la historia como el mejor Alcalde de la ciudad de Guatemala de la época contemporánea, y máximo líder de la oposición en la década de 1970, quien según las revelaciones de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, fue cobardemente asesinado en marzo de 1979 por un escuadrón de la muerte dirigido desde un helicóptero por un alto jefe militar.
En este poema, el autor señala que la sangre del mártir abonará los suelos y florecerá la siembra en cada nueva aurora, pero que para ello es necesario luchar en todo frente, al lado del obrero, del niño que trabaja, de la mujer humilde que muere de repente sin dobles de campana, sin misa y sin mortaja.