Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

Una de las expresiones más socorridas en el tema social es la necesidad del diálogo para alcanzar consensos entre distintos sectores que tienen no sólo variados sino confrontados puntos de vista. En Guatemala se ha hablado mucho de ese diálogo para superar la confrontación entre quienes están en contra de la corrupción y los que a puro tubo pretenden consolidar lo que se conoce ya como la Dictadura de la Corrupción, y soy de la opinión que en esa confrontación no hay más lugar que para la intransigencia porque no hay forma de conciliar esas radicales diferencias. En el plano ideológico puede haber negociación que implica ceder en algo para ganar en otro campo, pero cuando lo que se está discutiendo es si el país debe continuar el combate a la corrupción, no caben las medias tintas.

El domingo fue premiado con el Oscar el actor Gary Oldman por el papel que hace interpretando a Winston Churchill en la cinta Darkest Hour. La película no ofrece datos nuevos, pero se centra en el enfrentamiento radical con Nevill Chamberlain, su antecesor como Primer Ministro. La historia sepultó a Chamberlain bajo el peso de los acuerdos de Múnich suscritos en 1938 cuando se cedió a las ambiciones territoriales de Hitler en los Sudetes, pensando que con ello se aplacaría su ansia expansionista, en lo que termina conociéndose como un abrumador signo de debilidad de Inglaterra y Francia frente a las posiciones de Alemania e Italia.

La debilidad política de Chamberlain en el momento de la invasión de Checoslovaquia provoca su salida del poder y el encumbramiento de Churchill, quien fue llamado a regañadientes a formar el nuevo gobierno. Instalado el Gabinete de Guerra incluyó en el mismo no sólo a Chamberlain por su liderazgo entre los conservadores, sino también a Lord Halifax, quien había sido ministro de Relaciones Exteriores, y ambos hicieron todos los esfuerzos para convencer a Churchill de que ante la debilidad de sus Fuerzas Armadas, no había más remedio que negociar con Hitler un acuerdo de paz que librara a Inglaterra de una invasión.

Se produjo una fuerte división entre los políticos respecto al rumbo del gobierno. Churchill se negaba a negociar con Hitler sobre la base de que el dictador alemán no honraría ningún acuerdo, como se demostró luego con los rusos, pero tuvo que actuar con mucha energía para convencer al Parlamento de que no había más que luchar sin contemplar la posibilidad de negociación.

Parecía un suicidio y así lo vieron muchos, pero Churchill demostró que hay temas en los que no cabe la negociación ni la concertación y que se tiene que luchar con valor y entereza hasta llegar al final. Lo valioso de la película es que enseña a nuevas generaciones ese tipo de valores porque la historia no es el fuerte de la juventud más que cuando les llega por medio de una película y Darkest Hour es una muestra de valor y entereza, pero también de firmeza intransigente frente a cuestiones en las que no cabe ninguna negociación.

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