Roberto Arias

Alguien dijo hace años que todos los demonios se soltaron en Guatemala, pero quien lo dijo realmente quedó corto… muy corto. La verdad parece ser que el mismísimo Satanás y sus demonios han constituido a la bella Tierra del Quetzal en su residencia permanente. Satanás hace años hizo su nido en las terrazas de la municipalidad y desde allí atisba la porquería absoluta en la que ha convertido a la Capital y a la República de Guatemala. Una sociedad enferma que enfrenta los diarios problemas de una urbe y un país absolutamente caóticos.
La satánica red de corrupción no tardó mucho en extender su negra telaraña al chiquero en el que han convertido al Organismo Legislativo, guarida de asesinos y maleantes de toda calaña, con las excepciones correspondientes. El mal engendro ha tomado posesión del Congreso con, según se escucha en corrillos, el soborno de Q.400, 000.00 (cuatrocientos mil quetzales) a 90 muertos de hambre que votaron (legalmente) para ubicar al hijo del maligno en esa posición y cooptar de esa manera a dos de los tres poderes que conforman al Estado de la República de Guatemala. El otro poder, el Judicial, ya está cooptado por fuerzas que van tras el Poder, como la Fiscalía, con las mismas o peores intenciones, lideradas por un extranjero más en Guatemala.

Guatemala hace rato tocó fondo y la población se ahoga en el mar de su ignorancia, su pobreza y pobreza extrema, mientras los listos; los más cabrones despilfarran el dinero del erario de una manera tan estúpida que los cielos seguramente se estremecen.
Vea el lector a su derecha, vea a su izquierda, vea para arriba o vea para abajo y piense a cuál de sus vecinos, amigos o políticos elegiría para que sea el próximo presidente de la República de Guatemala y verá que muy difícilmente encontrará a alguien que tenga la dignidad para oponerse a la mafia profunda en la que se ha convertido una enorme mayoría de la población.
Porque ya estando ubicado en la guayaba tendrá que alinearse con las fuerzas oscuras que mantienen el permanente acecho para que las cosas caminen como conviene a los intereses satánicos de quienes, por detrás… sotto voce y en la oscuridad, proporcionan el dinero para las campañas publicitarias de los políticos que desde el inicio se venden hacia la derecha o hacia la izquierda, pero todos ya van vendidos para seguir con la misma trayectoria política criolla de nuestro país.
La trinca entre Álvaro Arzú Irigoyen y su hijo, Álvaro Arzú Escobar, ha logrado consolidar el mandato cuasi absoluto que mantiene Arzú Irigoyen sobre este paupérrimo pueblo de chompipes, en donde se cumple aquello de que “En país de ciegos, el tuerto es rey”.

Jamás creí ver a Guatemala en una condición tan ridícula o tan estúpida provocada eminentemente por guatemaltecos; no por japoneses, alemanes, turcos, coreanos o chilenos. Situación a la que los mismos guatemaltecos hemos permitido que llegue este país.

Arzú Irigoyen se defecó en Guatemala por dinero y muchos aún lo alaban. Pobres torpes chapines (quienes lo alaban).

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