Marco Tulio Trejo Paiz

Raras veces he sentido el frío tan severo que nos está calando aún en los huesos en la temporada navideña y del nuevo año, eso me hace recordar que:

Hace algunos años estuve en la China Continental cubriendo una importante fuente noticiosa a la que fui invitado juntamente con el licenciado Clemente Marroquín Rojas, a la sazón Director de este medio de la prensa independiente.

Don Clemente agradeció, pero se excusó por no viajar al lejano país asiático, dijo que él no tenía miedo sino pánico volar en avión, por lo que dispuso que fuese yo y que al retornar le contara lo que viera y oyera con propios ojos y oídos…

Se trataba de informar al mundo acerca de las actividades realizadas durante el décimo aniversario del aguerrido líder comunista Mao Tse Tung, quien en recias acciones guerrilleras logró comunizar al extenso país asiático.

El líder guerrillero se reunió con los invitados de las acciones de Asia, Europa, África, Cuba, Centroamérica en el Gran Salón del Pueblo, a quienes entregó álbumes a todo color sobre sus realizaciones en el transcurso de diez años.

Los asistentes tuvimos oportunidad de recorrer las diferentes zonas de la China y notar que todos los sectores del pueblo realizan sus labores como si se tratase de hormigas.

Por todos lados está a la vista de los visitantes la constante labor del pueblo con mucha disciplina.

Bueno, en apretada síntesis, eso fue lo que vi y oí con mis propios ojos y oídos en la China Continental.

Debo decir que el trayecto comprendió, incluso, Siberia, un lugar funesto, macabro, donde murieron asesinados miles de opositores al régimen comunista impuesto a sangre y fuego.

De Siberia partimos, ya sin detenernos, hacia la China, pasando por varias ciudades poco pobladas y algunas daban la impresión de ser desérticas, pues el suelo estaba cubierto por arena. En Kozovo pudimos ver a un hombre lazar a un diminuto caballo y montarlo en pelo a horcajadas en el arenal.

El largo recorrido hacia la Chinona (a Taiwán se le dice la China chiquita) se adelantó un grupo de otros centroamericanos de notoria militancia comunista y fue hasta Pekín que los volví a ver a ratos.

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