Cruz Roja en México también asiste a salvadoreños

Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt

La búsqueda de un futuro mejor empuja a miles de centroamericanos a migrar irregularmente pese a los peligros del viaje.

En este reportaje, La Hora Voz del Migrante recoge las historias de quienes a pesar de haber visto sus sueños truncados se han sobrepuesto a la adversidad. José Luis, Ifraín, Yeyson, Noel y Luis, originarios de Honduras y Guatemala son algunos de estos migrantes.

Aunque no existe un número determinado de la cantidad de personas que han sufrido una mutilación en su camino a Estados Unidos, en el tren conocido como “La Bestia”, los casos demuestran cómo estos héroes usan sus historias para advertir de los peligros de la ruta migrante al tiempo que no se dan por vencidos.

Cuando se piensa en la ruta migrante, quienes han emprendido ese viaje lo retratan como un trayecto de varios días en bus, vehículo y el peligroso tren “La Bestia” que lleva miles de sueños de migrantes dispuestos a arriesgar todo por llegar el llamado “sueño americano”.

Las condiciones adversas de Guatemala, Honduras y El Salvador, que son similares, han motivado la migración de miles de personas, aunque eso implique riesgos. A veces ese trayecto implica días sin tomar agua o consumir alimentos, además de soportar discriminación, solo por la condición de ser migrante.

IFRAÍN Y SU SUEÑO POR LLEGAR A ESTADOS UNIDOS

Ifraín Vásquez originario de Honduras, relató que por seis meses buscó un empleo sin éxito. Aunado a la falta de trabajo, el surgimiento de las pandillas que atemorizaban a las personas del lugar en donde vivía y el temor a que le hicieran algo, lo motivaron a dejar su país.

Ante la difícil situación económica decidió emprender el viaje “al norte” junto a dos de sus amigos. Este no era el primer intento por llegar a Estados Unidos.

Aunque tuvo la oportunidad de quedarse con sus amigos en México, el hondureño decidió emprender el camino solo “caminé tres días y noches sin parar, por ratitos descansaba”.

Fueron varios los obstáculos que afrontó y cuando finalmente vio el tren, pensó que esa sería la salida, “yo me sentí feliz porque era mi medio para salir de ahí, entonces empecé a correr detrás del tren, pero decidí tomar el segundo vagón, pero cuando di el segundo paso me paré en una roca… pero se deslizó mi pie y no me agarré de donde había determinado agarrarme”, explicó.

Sin fuerzas, Vásquez intentó levantarse pero no pudo y el tren alcanzó su pierna y la destrozó, “cuando vi esa situación yo gritaba desconsoladamente”, recuerda. El hondureño experimentó mucho dolor y solo el apoyo y preocupación de sus padres lo motivó a seguir adelante.

MIENTRAS HAY VIDA HAY FUERZAS

A pesar de ese panorama, también encontró soporte en una joven que lo ayudó a salir de la depresión. Cuenta que le tomó tres años recuperarse y aceptar su situación.

De acuerdo con el entrevistado, toda la desatención que existe hacia las víctimas del tren motivó a un grupo de personas a organizarse y unir esfuerzos para crear conciencia y buscar apoyo, “desde ese tiempo hemos tratado de buscar apoyo para nosotros”.

El grupo Asociación de Migrantes Retornados con Discapacidad, fundado por hondureños, ha buscado todo tipo de apoyos, pero solo han recibido promesas sin cumplir por parte del Gobierno, pero eso nunca los ha detenido por seguir adelante y por ello en 2015 llegaron a Estados Unidos para pedir ayuda.

“Sigo adelante, no me rindo porque mientras hay vida hay fuerzas por eso uno tiene que actuar con lo que tenga y tratar de alcanzar lo que un día soñó”, afirmó.

UNA RUTA PELIGROSA

La ruta incluye varios peligros. El migrante hondureño José Luis Hernández relató su experiencia y lo difícil que resultó para él acostumbrarse a su nueva realidad.

“Me vine, apenas tenía 17 años y me vine junto a un amigo y nos venimos con poco dinero y cruzamos Guatemala, después llegamos a México y bueno ahí empezó la pesadilla de nosotros”, contó.

La idea de Hernández era viajar en el tren desde la frontera de Guatemala hasta Ciudad de Juárez en México. Con varios días de viaje fueron testigos de robos y otro tipo de violaciones, e incluso presenciaron cómo un guatemalteco caía del tren en el que viajaba.

Él mismo sufrió después, en su viaje de Torreón a Juárez, la amputación de una pierna, un brazo y parte de su mano.

“Pensaba en lo que me habían dicho mis papás: No te vayas José Luis, intentaste irte, aquí aunque sea comiendo frijoles podemos salir adelante en nuestro propio país”, recordó.

Con nostalgia y una expresión de tristeza, narró que pensaba que ya no iba a poder tocar su guitarra y recordaba en la lejanía a sus amigos, novia y sobre todo que se había ido del país con el deseo de ayudar a su familia y ahora con lo sucedido ya no sería de ayuda sino más bien una “carga”.

Retornar a su país fue complicado, pero con el apoyo de su familia y la fe en Dios logró sobreponerse a la adversidad que le significó la migración. Sus seres queridos son ahora su motivación para seguir adelante, porque están junto a él en las buenas y malas situaciones.

Ahora trata de llevar el mensaje de que la vida no es juego y que los que emprenden ese viaje se arriesgan al buscar un mejor futuro en Estados Unidos, ya que el trayecto por México también es peligroso si se tiene en cuenta que existen pandillas, además de grupos del crimen organizado y narcotráfico.

ASOCIACIÓN SURGE PARA VISIBILIZARLOS

En una entrevista el hondureño explicó que tras varios procesos lograron integrar el grupo de la Asociación de Migrantes Retornados con Discapacidad (Amiredis) que surgió en 2008 en Honduras, cuyo propósito era visibilizarlos en el país y que los vieran más allá de las remesas.

Al mismo tiempo añadió que las condiciones que dieron vida a Amiredis también lo están para personas de Guatemala, y El Salvador, puesto que no es una problemática aislada.

“Se cree que en Guatemala hay más que en Honduras pero todavía no se han organizado y nadie ha tomado la iniciativa, ni las organizaciones gubernamentales, ni de organizaciones civiles… no han hecho nada para hacer una investigación por identificar a estas personas”, comentó sobre las personas que podrían haber sufrido algún tipo de mutilación durante su viaje a Estados Unidos.

Amiredis continúa en su labor de activismo para evidenciar el sufrimiento migrante, por eso explicó que realizaron una caravana rumbo a Washington porque en su país no encontraron el apoyo que esperaban del Gobierno.

En la actualidad algunos de los integrantes residen en Washington y comparten sus experiencias de superación y lucha por salir adelante.

UN ACCIDENTE AL CHAPÍN LUIS GARCÍA NO LE ARREBATÓ SUS SUEÑOS

La búsqueda de su padre y mejorar las condiciones de vida de su familia llevó al guatemalteco Luis García a viajar 12 veces a Estados Unidos, sin embargo, durante uno de esos intentos perdió sus piernas en un accidente, lo que cambió de manera drástica su vida.

A pesar de ello, nada le ha robado el anhelo de alcanzar sus sueños.

En el 2002 emprendió su viaje número once, sin imaginar que la vida le cambiaría totalmente. Como en otras ocasiones abordó el tren conocido como “La Bestia” en donde tuvo un incidente que le llevó a perder sus dos piernas.

Luis trabajaba en ese entonces para el Ministerio de Educación y sus superiores le dieron la oportunidad de rehabilitarse para volver a sus labores.

El apoyo de su familia fue fundamental, estuvo internado siete meses en un sanatorio y posteriormente continuó con el proceso de recuperación.

EL AMOR POR SU HIJO LO MOTIVÓ A SALIR ADELANTE

Durante el proceso de reparación conoció a una fisioterapeuta quien lo animó a entrenar y practicar deporte en competencias para personas con capacidades especiales, específicamente en la rama de natación. Este entrenamiento le permitió ganar el primer lugar de una competición centroamericana.

También estuvo en un equipo de básquetbol junto a otras personas que asistían al Seguro Social, posteriormente se unió a un equipo de Antigua Guatemala, Sacatepéquez y trabajó dos años en ese municipio como encargado de un área educativa.

La principal motivación que permitió a Luis salir adelante fue su hijo, por amor a él y por el gusto que este tenía por el fútbol decidió formar un equipo de niños a quienes inscribió en una liga para menores de edad.

Actualmente, García trabaja realizando varias actividades, coloca ventanas y vidrios, repara pupitres, es diseñador gráfico y elabora impresiones en vinil y otros proyectos de diseño. De esta manera y con la ayuda de sus hijos y su esposa han salido adelante.

YEYSON Y NOEL RECIBEN APOYO DE LA CRUZ ROJA MEXICANA

La historia tampoco es distinta para Yeyson y Noel, según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que explica que existe un alarmante número de personas que ha sufrido accidentes relacionados con el tren en algún punto del trayecto.

En el caso de Yeyson perdió las dos piernas al resbalarse con unas piedras cuando intentaba subir al tren en Huehuetoca, Estado de México, en tanto Noel perdió una pierna en un choque cerca de Tula en Hidalgo.

Ambos fueron auxiliados por la Cruz Roja Mexicana, y ahora están juntos en el centro de rehabilitación física del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de México en Tapachula, con el apoyo técnico y financiero del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), para recuperar la fuerza en los músculos y adaptarse a sus extremidades artificiales.

La Cruz Roja trabaja con personas migrantes amputadas a través del programa de rehabilitación física. Éste opera en México, El Salvador, Guatemala y Honduras. En general, consiste en coordinar y capacitar al personal médico para la rehabilitación de las personas, además de la entrega y mantenimiento de prótesis.

Al término de su rehabilitación, Yeyson y Noel podrán volver a caminar sin el apoyo de una silla de ruedas o muletas, y eso es lo que más los ilusiona. Ambos se esfuerzan todos los días para fortalecerse y moverse de forma completamente independiente, como antes de sus accidentes, cita la Cruz Roja.


SIN ESTADÍSTICAS

Según información proporcionada por el Departamento de Comunicación Social del Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala (Minex), no se tiene un protocolo para atender los casos de personas afectadas por las amputaciones.

“Sí tenemos un acuerdo ministerial de vulnerables y fallecidos dentro del acuerdo ministerial 235 de repatriados, atención a vulnerables y fallecidos, se les brinda trabajo de protección, ambulancias, atención médica, psicológica, asistencia personal, vehículo, etc. según necesidades”, expresó ese departamento.

Al mismo tiempo indicaron que no se tiene estadísticas específicas de retornados con discapacidad, pues cuando vuelven al país son atendidos por diversas instituciones, “se trabaja de forma interinstitucional para solventar sus necesidades”.

No obstante, señalan que sí poseen un listado de 26 casos médicos de personas retornadas de Estados Unidos correspondiente a 2017, aunque el mismo no otorga detalles de cada caso.

CONADI: SE DETECTÓ ALREDEDOR DE QUINCE CASOS EN 2010

Sebastián Toledo, del Consejo Nacional para la Atención de Personas con Discapacidad (Conadi) de Guatemala, dijo que han tenido comunicación con Conamigua y Minex para abordar los casos de personas que a consecuencia de un accidente adquieren una discapacidad, pero la falta de estadísticas representa un obstáculo para saber cómo proceder en estos casos.

“No tenemos registros, no tenemos criterios para establecer registros fidedignos para estos casos. Nosotros logramos detectar a lo sumo unas quince personas en el 2010, que es la experiencia más cercana que tenemos”, dijo.

Al mismo tiempo dijo que se esperaría una mayor relación entre Conamigua y Conadi, para que se coordine de mejor manera la asistencia a personas que han sufrido la pérdida de alguno de sus miembros.


LOS DAÑA PSICOLÓGICAMENTE

Al igual que Toledo del Conadi, Gustavo Juárez de la Asociación de Retornados de Guatemala (ARG), expresó que en los dos años que tienen de estar en la Fuerza Aérea han conocido unos 4 casos. La razón que conozcan pocos casos lo atribuye a que los migrantes que han sufrido una amputación ingresan por la vía terrestre y no a la aérea donde ellos llevan control.

“Imagínese un caso en que perdieron un pie, un brazo, un dedo, ya para ellos les daña psicológicamente, porque les daña mucho, porque van buscando un sueño, aunque para mí no es eso sino que sería buscar una mejor vida económica”, explicó.

Para los casos en que las personas retornan con discapacidad, se exponen a más vulnerabilidad, porque van con una mentalidad de encontrar el sueño americano y en su lugar obtuvieron una adversidad más grande, afirmó.

“Sigo adelante, no me rindo porque mientras hay vida hay fuerzas por eso uno tiene que actuar con lo que tenga y tratar de alcanzar lo que un día soñó”.
IFRAÍN VÁSQUEZ

“Pensaba en lo que me habían dicho mis papás: No te vayas José Luis, intentaste irte, aquí aunque sea comiendo frijoles podemos salir adelante en nuestro propio país”.
JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ

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