POR REDACCIÓN LA HORA
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*Humberto es un guardia penitenciario asignado a la seguridad perimetral de las cárceles de Fraijanes, en los alrededores de la Ciudad. El día que fue entrevistado por La Hora, su jornada laboral inició a las tres de la mañana, para trasladar a un recluso al Hospital General San Juan de Dios; posteriormente fue requerido para llevar a un grupo de pandilleros del Preventivo de la zona 18 a la Torre de Tribunales y finalmente se le solicitó que volviera junto a sus compañeros a Fraijanes.
Para el joven de 28 años, originario de San Luis, Petén, la ardua jornada laboral es parecida a la de muchos de sus compañeros, aunque recientemente también tiene temor por la falta de gasolina en los vehículos de Presidios, pues le preocupa quedarse sin diesel mientras traslada a los reclusos.
Por otro lado, la comida –conocida como “rancho” en la jerga de Presidios– e ingerida por los guardias y los reclusos no es la mejor opción, refiere Humberto, pues los frijoles, longanizas y espaguetis que se sirven en el SP tienen mal sabor y las porciones son cada vez más pequeñas.
El joven relata que prefiere adquirir su comida en la calle y esto implica que semanalmente invierta alrededor de Q200. “Antes la comida venía mejor y más grande, ahora viene más pequeña y con mal sabor. Yo no como el “rancho”. Prefiero comprar”, detalla Humberto.
El guardia obtiene un salario de aproximadamente Q3 mil 300 mensuales, pero con eso de costear su alimentación, en el trasporte hacia San Luis Petén, que le cuesta Q400 al mes, en un préstamo bancario por Q1 mil y en el sustento económico de su esposa y dos hijos.
De acuerdo con el entrevistado, tiene “pocos motivos” para sentirse contento con su trabajo, pero justifica que necesita un empleo y no le importan las condiciones en las que se desenvuelva con tal de tener una remuneración mensual.
De forma similar opina *Karina, una guardia originaria de Jutiapa y madre de una niña, quien demanda un trato digno para ella y el resto de sus compañeros, que custodian a los detenidos en las cárceles de Guatemala.
“Estamos muy mal. Vea mi uniforme, yo lo compré hace tres años y tengo el mismo desde ese tiempo”, dice al ser entrevistada, mientras expone un desgastado traje. “Yo tengo una niña que mantener en Jutiapa y no puedo gastar más”, explica.
La joven dice que no puede cambiar de empleo porque en su comunidad no encuentra trabajo y únicamente estudió hasta segundo grado de básico, lo que limita sus posibilidades en el mercado laboral.
La cantidad de guardias es dividida en dos turnos, es decir que mil 723 labora ocho días seguidos durante una semana.
CARRERA PENITENCIARIA
Datos oficiales indican que todos los guardias del SP obtienen un salario de Q3 mil 675; el sueldo base es de Q1 mil 925, que se incrementa con un bono de riesgo, uno especial y otro conocido como “66–2000”.
Además, obtienen un “bono de antigüedad” que se establece de acuerdo con la cantidad de años de laborados en Presidios. Por ejemplo, se otorgan Q35 a quienes tienen cinco años de trabajar en el SP, Q50 a quienes tienen diez y Q75 a quien tiene veinte.
Los guardias deben conformarse con esos bonos, inadecuados para la situación del país, porque el SP carece de carrera penitenciaria y de una escala jerárquica que permita que su personal ascienda de acuerdo a profesionalización y méritos.
La directora interina de la institución, Silvia Guinea, dice que trabajan en ese esquema, contemplado en la política penitenciaria que se impulsará próximamente.
“Tenemos el apoyo del Programa de Apoyo a la Seguridad y la Justicia (Sejust) y estamos trabajando la carrera penitenciaria, que va enmarcada en la política que se presentará en noviembre a la sociedad civil. Estamos trabajando en una escala como la que tiene la Policía. Es la ejemplificación que se va a mantener, para que tengan un rango de categoría en su salario y en su puesto funcional”, indicó la funcionaria.
Según la entrevistada, actualmente el SP cuenta con la teoría y la práctica necesaria para que sus aspirantes a guardias puedan desempeñarse adecuadamente. “Hemos implementado la doctrina, que tiene toda la conceptualización de manuales y la ruta de cómo un aspirante puede trabajar como guardia penitenciario, en un tiempo de seis meses”, explicó.
IMPASSE
Guinea fue consultada por la Promoción número 19 de guardias penitenciarios, la cual se gradúo en agosto pasado y no lograba ser incorporada oficialmente al SP por falta de presupuesto para el salario de los custodios; la funcionaria respondió que ese problema se está solucionado.
“Nosotros hicimos la creación de las plazas y ya fueron aprobadas, están recibiendo sus primeros salarios, a partir de septiembre ellos tienen su salario como personal permanente del SP, no como aspirante”, indicó.
La Directora agregó que la promoción en mención sigue capacitándose para ser distribuidos en diferentes cárceles.
“Esta última promoción la tenemos para un nuevo modelo de gestión que se pretende realizar en unos centros, que en otra ocasión le contaremos sobre los modelos del plan piloto, donde va a estar toda la gente nueva del área administrativa y operativa, ellos se están capacitando para echar a andar ese modelo”, reiteró.
REZAGO, DIGNIFICACIÓN
Corinne Dedik, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), opina que la carrera penitenciaria es una de las principales tareas pendientes del SP, a pesar de que está contemplada en la legislación.
“La carrera penitenciaria es un reto que ha quedado pendiente desde 2007, cuando entró en vigencia la Ley del Régimen Penitenciario, que establece muy claramente que se debe crear e implementar la carrera penitenciaria. Sin embargo, pasaron siete año y no se ha logrado avanzar en el tema”, dice la entrevistada.
A criterio de Dedik, la dignificación en el personal penitenciario es uno de los temas que debe atenderse, pues las condiciones en las que se encuentran los guardias son preocupantes.
“Hay un gran camino por recorrer en la dignificación del guardia, ellos laboran en condiciones muy difíciles, tienen turnos de ocho días de trabajo por ocho de descanso, están encerrados como los privados de libertad, sin comunicación porque la Ley no permite que tengan un celular adentro, corren riesgos de seguridad personal, no cuentan con protección a la hora de salir de sus turnos, comen la misma comida que los privados de libertad y viven hacinados”, explica.
Por otro lado, Verónica Godoy, directora de la Instancia de Monitoreo y Apoyo a la Seguridad Pública (Imasp), considera que este tema es uno de los más importantes que atender, sin embargo, los gobiernos no lo han abordado.
“La carrera penitenciaria ha sido uno de los pendientes de muchos gobiernos, no le han puesto la atención debida, creo que es uno de los temas más importantes, que debe ser prioridad”, indicó Godoy.
De acuerdo con la entrevistada, la condición en la que se encuentra un guardia, facilita la corrupción, aunque, aclara, es uno de los eslabones más bajos, pues está comprobado que este problema alcanza dimensiones más preocupantes, como los vínculos entre funcionarios y reos.
“Se debe invertir en el recurso –humano– en incentivos, salarios, algo que les ayude a mejorar sus condiciones de vida y de trabajo. La corrupción ha sido un problema que alcanza esferas que sobrepasan al guardia penitenciario, no podemos olvidar, que la corrupción responde al amparo de otras autoridades de rangos mayores”, dijo la profesional.
Perfil del guardia
La mayoría de guardias penitenciarios provienen de Jutiapa, Alta Verapaz y Baja Verapaz, según información obtenida a través de la Unidad de Acceso a la Información del Ministerio de Gobernación.
2 mil 998 hombres y 449 mujeres conforman las filas de Presidios, en tanto, el 60 por ciento de los custodios, tienen más de dos hijos y la mayoría se ha dedicado en sus comunidades de origen a la agricultura.
Salarios y bonos
Las y los guardias del SP obtienen un salario base de Q1,925; cuentan con tres bonos: uno de riesgo por Q300, bono especial por Q1,200; bono 66–2000, por Q250.
Además, cuentan con un bono de antigüedad de acuerdo con el tiempo laborado, por cinco años de servicio reciben Q35, por diez años, Q50 y por veinte años Q75.
Actualmente no existe una carrera penitenciaria que permita mejorar el salario de un guardia del SP.