Por AMANDA LEE MYERS y JOCELYN GECKER
LAS VEGAS
AP

Natalie Vanderstay vio como la gente moría mientras huía de una masacre en el Strip de Las Vegas con una herida sangrante en el estómago y otra abierta en una pierna.

Esta enfermera de Los Ángeles, de 43 años, contó que tuvo que pisar a otras personas para ponerse a salvo, algo que la perseguirá para siempre. “No estaba lista para morir”, dijo.

Vanderstay habló con reporteros ayer desde la cama de un hospital en el University Medical Center. Es una de las 500 personas que resultaron heridas en la balacera, la más letal en la historia moderna de Estados Unidos. Cincuenta y nueve personas perdieron la vida.

Encontró un taxi que ya tenía ocupantes dentro y les dijo que había recibido un disparo. Los extraños la metieron en el auto y el conductor la llevó rápidamente al único centro de trauma de nivel 1 del estado.

Cree que le salvaron la vida.

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