Eduardo Blandón

La película, “Un golpe con estilo”, Going in Style, según su título original, se estrenó recientemente en los Estados Unidos (abril para ser exactos) y no es sino un refrito del film del mismo nombre, dirigido por Martin Brest en 1979 y estelarizado por George Burns, Art Carney, y Lee Strasberg. La propuesta presenta a tres adultos mayores que en su desesperación financiera llevan a cabo un asalto bancario que les permite con pocos recursos y mucho ingenio lograr su objetivo y salirse con la suya.

El reparto estelar, Michael Caine, Morgan Freeman y Alan Arkin -los tres, ganadores del Oscar-, permite de entrada asegurar un público que a veces no arriesga y prefiere ir a lo seguro en pos de consagrados de Hollywood. Sin dejar de lado otros que, aunque menos conocidos, suenan para los más iniciados: Christopher Lloyd (Back to the Future. Regreso al futuro), Matt Dillon (Crash. Alto impacto) y Ann-Margret (dos veces nominadas al Oscar).

La película, de una hora con treinta y seis minutos, contó con un presupuesto de 25 millones de dólares y obtuvo la clasificación PG-13, por el contenido de estupefacientes en sus escenas, lenguaje inapropiado y material sugestivo. Sin embargo, sin ser demasiado condescendientes, el film puede ser visto por todos en casa, siempre que algún adulto proporcione orientación cuando sea solicitada o se juzgue necesaria.

La puesta en escena, aunque pertenece al género de la comedia y el crimen, destila una crítica sutil, tanto hacia una sociedad que se desentiende de sus ancianos y los ignora, como hacia un sistema bancario esclerotizado en sus métodos de atención para el que los clientes no valen nada o quizá son medidos según su apariencia personal. Esto queda evidenciado, por ejemplo, cuando Joe (Michael Caine) dice:

“Los bancos destruyen prácticamente el país. Hacen polvo los sueños de muchas personas mientras a ellos no los pasa nada. Estos tres viejos asaltaremos el banco. Tendremos éxito y nos retiraremos con dignidad. En el peor de los casos, seremos capturados, obtendremos cama, comida y mejores cuidados que los que tenemos ahora”.

Por otro lado, la película da muestra de exquisita sensibilidad humana al expresar la dinámica afectiva de tres hombres que comparten una profunda amistad. Circunstancia que lleva a uno de ellos incluso a donar su propio riñón al amigo que lo necesita. Asimismo, queda clara la defensa de los valores familiares, el cuidado de los animales y la solidaridad con quienes se comparte el mismo sentimiento de abandono social.

Sin embargo, aún con ello, el film es una comedia de principio a fin. Las apariciones eventuales, por ejemplo, de Milton Kupchak (Christopher Lloyd), quien encarna al típico anciano sordo, malhumorado y desmemoriado, le dan una hilaridad inesperada al libreto del que es imposible renunciar. Igual resultado produce esa relación otoñal entre Albert Garner (Alan Arkin) y Annie Santori (Ann-Margret). Sin contar, por último, con intervenciones ocurrentes de acoso como la siguiente:

Mitzi (Siobhan Fallon Hogan): ¿Sales con alguien?
Agent Cooper (Matt Dillon): Soy casado, tengo dos hijos.
Mitzi: Toma mi número. Nunca se sabe.

Es claro que Un golpe con estilo será engullido por el tiempo al ser una película sin mayores pretensiones ni atributos. Y aunque el elenco actoral es de lujo, la historia misma no da más que para una visita teatral encaminada a la risa ligera. No es poco, por supuesto, pero tampoco para hacer del film un acontecimiento histórico memorable que resista lo efímero. Lo que no impide, claro está, que la recomiende para ver proyectada nuestra accidentada existencia.

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