Edith González
Un millón de gracias a mis abuelos, por haberme dado la madre que tengo.
El calendario nos marca los días y fechas del año, e igualmente nos recuerda los nombres de los santos y mártires de la iglesia asignados para cada día, para su veneración y homenaje.
Así el 26 de julio es reconocido por ser el día de Santa Ana y San Joaquín, padres de la Virgen María y por lo tanto los abuelos de Jesús. Desde hace algunos años en este día se celebra en honor a ellos el Día de los Abuelos. Considerando que los abuelos son un pilar fundamental en la educación de los nietos, les transmiten sabiduría, tranquilidad, cariño, estabilidad y aportan experiencia.
Aunque el beneficio es mutuo, ya que los abuelos también se enriquecen emocionalmente con el contacto con sus nietos. Conocer las necesidades de ambos, los beneficios y los límites ayudará a que la unión sea mucho más fuerte y positiva.
Muchos establecimientos educativos realizan actividades como presentación de los abuelos actos y celebraciones, o acuden a los hogares de ancianos llevando diversión y refacción. Como una manera de enseñar a los niños y jóvenes la importancia del respeto y cariño hacia los abuelos.
Hoy ante la necesidad de trabajar de ambos progenitores, dejan a los nietos al cuidado de los abuelos. Aunque hay que entender que muchas abuelas ya no están a las órdenes de los padres de sus nietos. Hacen respetar más su tiempo y sus necesidades; finalmente ellos solo son abuelos y no niñeros.
Uno de los problemas que más altera la relación entre los abuelos y los padres de sus nietos es la aplicación de los límites. En muchas ocasiones, es muy difícil que ambas partes lleguen a un consenso. De un lado, están los abuelos que, desde su experiencia, no están de acuerdo con las ideas de los más jóvenes; y del otro están los padres que no aceptan las intromisiones de los abuelos en la educación de su hijo, pese a que estos son los que cuidan de él y le atienden la mayor parte del tiempo.
Como dice la Procuradora del Adulto Mayor de la PDH, Teresa Maldonado, antes, los abuelos, hijos y nietos vivían juntos, y los abuelos intervenían bastante en la educación de los nietos. Hoy, muchas cosas han cambiado. Del mismo modo en que la estructura familiar ha evolucionado, los abuelos también lo han hecho. Gran parte de las abuelas de hoy no son como las de antes. Suelen tener una vida más activa y mantienen una vida social, ya sea que estén o no jubiladas.
Hay una distinción clara entre los papeles de los padres y de los abuelos con relación a los niños. Es natural que, en ausencia de los padres, los abuelos concedan algunos caprichos a los nietos y que adopten distintas reglas. En realidad, los abuelos tendrían apenas que centrarse en los aspectos más agradables como el apoyo y el cuidado, aunque para muchos sea más difícil. Por lo general, el papel de los abuelos ha de ser discreto, y nunca impuesto.
En todo caso, tener algún abuelo cerca de su nieto es alentador en todos los sentidos como: contribuir con su experiencia, ayudar en su educción y transmitir valores.