POR DOUGLAS GÁMEZ
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América Marroquín, migrante originaria de Santa Rosa, regresó al país para representar en Miss Universo Guatemala a los connacionales que viven en Estados Unidos. Aunque su meta a corto plazo es conquistar la corona, sus sueños y objetivos son ambiciosos; todos ellos, con una idea central: aportar al desarrollo de Guatemala y Estados Unidos.
La guatemalteca, originaria de la aldea Los Pocitos, Casillas, Santa Rosa, conversó con La Hora Voz del Migrante, acompañada de su hermana, Karely Marroquín y su coach Frederique Kendy Loreto, sobre su participación en Miss Guatemala USA East Coast, evento en el que representará a los migrantes en Miss Universo Guatemala.
“Vengo desde abajo, vengo de un pueblo muy humilde, pero con las ganas de salir adelante y –cumplir- mis sueños”, indica Marroquín, quien emigró a Estados Unidos cuando tenía 14 años, junto a su familia.
América explica que su papá viajó a Estados Unidos de forma ilegal, pero ahora ya tiene 30 años de haber legalizado su estatus. Hace cinco años realizó los trámites para que sus hijas aplicaran a la residencia estadounidense, la cual obtuvieron un año después.
“Fue algo muy duro porque cambiar de una vida totalmente diferente a empezar una vida nueva en Estados Unidos… la verdad estaba con sentimientos encontrados, por un lado estaba feliz y triste por otra”, relata.
La modelo cree que se sentía así, porque tenía conciencia de que iría a un país en el que podría optar a mejores oportunidades a las de Guatemala, pero dejaba atrás a una vida llena de familiares y amigos.
“Ser migrante es algo complicado, sufrimos de discriminación, pero los que salimos no fue porque no nos gustara Guatemala, sino porque queríamos un mejor futuro para nuestras familias. Van en busca de sus sueños, es gente trabajadora, humilde y honesta y que aman a Guatemala, por eso están allá”, señala.
La etapa en su nueva vida se desarrolló en Nueva Jersey: “Cuando entré a la Escuela estaba ansiosa y preocupada, porque no sabía nada sobre cómo sería la vida allá. Luego me sentí más cómoda porque en Nueva Jersey hay muchos hispanos”.
América explicó que tomó clases de inglés como segunda lengua para facilitar su adaptación al país y continuar sus ciclos educativos. Un año después su familia se mudó a Connecticut.
LAS DIFICULTADES
“Era más difícil porque ya no tomaba las clases especiales, estaba ya con estadounidenses y solo hablaban inglés. Donde yo estudiaba era la única que hablaba español. Fue complicado adaptarme y comunicarme, uno se siente como que estás en un lugar donde uno no pertenece”, recuerda América, quien no se rindió y ante la adversidad pudo dominar las dificultades y continuar sus estudios.
Aunque acepta que fue difícil estudiar en Estados Unidos, cumplió su sueño de graduarse de la High School.
En esa etapa combinó su tiempo de estudio con el trabajo. Durante un tiempo laboró en un parque de diversiones, uno de los lugares en los cuales debió enfrentar discriminación.
“Uno siempre se topa con gente buena y mala. En mi trabajo mi gerente era un poco racista, no me llevaba bien y eso dificultaba más las cosas. Los migrantes sufrimos mucho de eso, más ahora con el nuevo presidente- Donald Trump-, pero tenemos que demostrar que no somos como ellos piensan y que tenemos muchas capacidades, podemos ser como ellos o mejores. Los migrantes formamos una parte importante en Estados Unidos, estamos haciendo de Estados Unidos un país multicultural”, expresa.
POR LA CORONA
En junio, se celebró el evento Miss Guatemala USA East Coast, que reunió a ocho guatemaltecas quienes además de portar la corona podrían representar a la comunidad migrante en Miss Universo Guatemala.
Kenia Reyes se llevó la victoria, pero por cuestiones personales debió renunciar. Entonces, asumió el premio Kimberly Galdámez Franco, quien no podía viajar a Guatemala, por lo que América, como primera finalista del certamen, asumió la responsabilidad de representar a los connacionales en Estados Unidos.
“Mi hermana me mostró el anunció que vio por Facebook y ella fue la que me dijo. Ella sabe que a mí siempre eso –certámenes de belleza- me emociona y apasiona. Me preguntó si me interesaría participar y dije que sí”, recordó.
La competición se realizó en Nueva York. América, que vive en Connecticut, viajaba más de tres horas todos los fines de semana para participar en los ensayos, actividades de promoción, entre otros.
“Era complicado y cansado, pero valía la pena, era algo que yo quería”, comenta. Su rutina se dificultó porque estaba en el cierre de sus estudios y por la tardes trabajaba.
“Fueron dos meses muy duros. Cuando fue la final del evento fue mi graduación. Fue muy difícil, pero muy bonito, aprendí mucho de ese evento y creo que me ayudó. El Miss Guatemala USA East Coast fue una puerta para muchísimas oportunidades”, asegura.
Su expectativa es ganar el certamen de belleza, pero sobretodo representar a los migrantes. “Me siento honrada de ser la persona que sea la que represente a la comunidad guatemalteca que vive en el exterior. Es muy difícil representar a tantas personas, porque hemos estado olvidados, ser esa persona y estar participando por la gente guatemalteca en el exterior es algo muy bonito”, refiere.
EL FUTURO DE AMÉRICA
Las metas de América Marroquín son varias. Su primer objetivo es continuar en la universidad y estudiar Ciencias de la Comunicación.
“Es una carrera que me ayudaría a conectarme con Guatemala y saber más de sus necesidades. Uno de mis sueños es crear una asociación que ayude a los niños y a los ancianos, ya que sé que ellos son las personas que más lo necesitan”, señala.
América dice que no olvida sus raíces que son guatemaltecas y que ama visitar el país. La semana pasada, durante su estadía, visitó Santa Rosa e indicó que se sintió viva al poder compartir con las personas de su comunidad. “Aún me recuerdan y eso me hizo sentirme bien, satisfecha y con ganas de dar todo de mí para representarlos de la mejor manera”, puntualiza.
Sobre su estadía en Estados Unidos, considera que aún no ha definido si algún día volvería a Guatemala y que su intención es aportar a los dos países. “Me gustaría ayudar a la comunidad guatemalteca aquí y a la comunidad guatemalteca en Estados Unidos, ambos necesitan de ayuda y no económicamente, sino emocionalmente. Todos somos una misma comunidad donde sea que vivamos”, añade.
“Vengo desde abajo, vengo de un pueblo muy humilde, pero con las ganas de salir adelante y –cumplir- mis sueños”.
“Fue algo muy duro porque cambiar de una vida totalmente diferente a empezar una vida nueva en Estados Unidos… la verdad estaba con sentimientos encontrados, por un lado estaba feliz y triste por otro”.
AMÉRICA MARROQUÍN