Por Peter Esser
París
Agencia/dpa

Boinas, huelgas y baguette: Francia es un país con muchos estereotipos, aunque muchos de ellos no concuerdan ya con la realidad. En medio de la campaña electoral de cara a las elecciones presidenciales en dos vueltas hoy y 7 de mayo, un repaso por algunos clichés sobre el país europeo:

– Los franceses sólo hablan francés.

En comparación con otros países de Europa, Francia queda en la mitad de la lista en lo que respecta a conocimientos de lenguas extranjeras. Sólo uno de cada dos franceses habla al menos otra lengua, lo que los sitúa en el puesto 17 de un total de 27 países, frente al puesto 22 de España, según un ranking de la Unión Europea (UE) de 2012.

– Los franceses llevan boina y camisetas a rayas.

Más bien sólo en carnaval. El último gran fabricante nacional de boinas francesas, la firma Laulhère, produce en la actualidad casi exclusivamente para el Ejército. Las imitaciones baratas son populares, pero sobre todo entre los turistas. Por su parte, la camiseta a rayas azul y blanca se remonta a la tradición de los marineros bretones. Diseñadores como Coco Chanel, el alemán Karl Lagerfeld, Jean-Paul Gaultier y otros la transformaron sin embargo en un clásico de la moda, no sólo en Francia.

– Vino en todas partes.

El francés aprecia mucho el buen vino y lo bebe de forma habitual, tanto a mediodía como en la cena. Aunque el consumo per cápita ha ido retrocediendo claramente en los últimos 50 años en el país, Francia sigue encabezando las estadísticas, con casi 52 litros de vino por cabeza al año (datos de 2015). En comparación, en España se beben anualmente 24,8 litros y en Argentina, 32,3 litros (datos de 2012).

– Baguette, foie gras y ancas de rana.

En efecto en Francia hay baguettes y «croissants» en cada esquina, mientras que el pan integral es mirado con bastante desconfianza. El foie gras también sigue siendo popular pese a las protestas de los protectores de animales y el país es asimismo uno de los grandes importadores de ancas de rana: cada año se compran unas 5.000 toneladas del producto, procedentes de zonas tropicales y con probablemente un gran impacto sobre estos ecosistemas.

– Un país de huelgas.

En la comparación internacional en Francia hay muchas huelgas, pero no tantas como podría pensarse de sus sindicatos con fama de combativos. De hecho, en Dinamarca, Canadá y Bélgica los trabajadores también paran de manera similar.

– Los franceses van a la moda.

Dior, Chanel, Louboutin. París, el lugar en el que nació la alta costura, es sin duda la capital de la moda del mundo. Y la imagen de la francesa elegantemente vestida es un cliché que se mantiene. Pero al menos en los gastos en ropa esta necesidad de ir a la última no se ve reflejada. En un país con poca fama de elegancia, como Alemania, se gasta en promedio un 4,4% del presupuesto familiar en ropa y zapatos, frente al 4% en Francia.

– Semana laboral de 35 horas.

Aunque la ley establece la semana laboral de 35 horas en Francia, los franceses trabajan al año en promedio más de 100 horas más que sus vecinos alemanes, lo que se deriva entre otras cosas de la gran cantidad de empleos a tiempo parcial en Alemania. Pero más allá de ello, la media real en Francia de un empleado a tiempo completo son 40,4 horas.

– Cada día un camembert en la mesa.

Francia tiene el mayor consumo de queso de la Unión Europea, con 26 kilos por persona y por año.


Amantes del queso

26 kilos por persona
Anualmente. Francia tiene el mayor consumo de queso de la Unión Europea.

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