Por LISA RATHKE
ST. ALBANS, Vermont, EE.UU.
AGENCIA/AP
A productores estadounidenses de leche y sus derivados, quienes están enfrentando precios bajos, les preocupa que la intención del presidente Donald Trump de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte pueda dañar el comercio a México, su mayor mercado de exportación.
Aproximadamente 15% de la producción de lechería en Estados Unidos es exportada y una tercera parte, con un valor de 1.200 millones de dólares, va a México en forma de leche en polvo, queso y suero proteínico, según la Federación Nacional de Productores de Leche, la cual dijo que el comercio con México es su principal prioridad. Se trata de casi el doble del valor de lo exportado a Canadá, el segundo mayor mercado de exportación del país, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
«El ingreso de los productores de leche, ya sea que estén en Vermont o California, depende fuertemente de nuestra exportación a México», dijo Jaime Castañeda, vicepresidente de la federación quien es responsable de política nacional e internacional de la misma.
«Si apenas uno, dos o tres por ciento de las exportaciones tuvieran que regresar a Estados Unidos, veríamos una caída significativa en los precios en general», señaló.
Aunque están lejos de la frontera entre Estados Unidos y México, el comercio está en las mentes de los productores de leche en Vermont.
«México es nuestro destino más grande para los productos lácteos, y no se trata sólo de los productos lácteos», dijo el granjero de Fairfield Harold Howrigan respecto a la asociación comercial de Estados Unidos con México. «Es el maíz y la soya también que van allá, así que es nuestro enorme socio comercial y necesitamos ese mercado».
El comercio de productos lácteos de Estados Unidos con México aumentó 558% desde la implementación del TLCAN en 1994, según el Consejo de Exportación de Productos Lácteos de Estados Unidos.
Trump prometió la semana pasada «sorpresas agradables» de la planeada renegociación del TLCAN, un acuerdo al que ha calificado como el peor en la historia de Estados Unidos. Trump ha dicho que el tratado pone en desventaja a los trabajadores estadounidenses.