Joseline Ayala
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Seis mil guatemaltecos mueren al año por enfermedades relacionadas al consumo de tabaco
A través de una iniciativa de ley, el Congreso pretende regular el consumo del tabaco para proteger la salud de los guatemaltecos, un hábito al que se atribuyen el 23 por ciento de las muertes por cáncer en el país; sin embargo, el proyecto ha sido fuertemente cuestionado por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), que ha indicado que este no es un esfuerzo concreto, suficiente y adecuado para prevenir el vicio.
Sin una consulta técnica de la cartera, el proyecto fue presentado a finales del mes de octubre del 2014 a través de una iniciativa firmada por los diputados Roberto Kestler y Carlos Enrique López, bajo el nombre de “ley para la protección de la salud a través del control del tabaco”.
El dictamen de la iniciativa se realizó durante la presidencia de Luis Hernández Azmitia quien, en conjunto con la Comisión de Salud y Asistencia Social, modificó la propuesta en agosto del año pasado.
La iniciativa apuesta a colocar advertencias sanitarias y otros mensajes en el empaquetado y etiquetado de los productos del trabajo para prevenir su consumo. “Las advertencias que incluyen imágenes del daño que causa el cigarrillo son particularmente efectivas para comunicar el riesgo y motivar cambios en el comportamiento, tales como el abandono o la reducción del consumo”, asegura el dictamen de la Comisión de Salud.
De acuerdo a la iniciativa, se protegería la salud de los guatemaltecos a través de establecer disposiciones legales para la implementación de advertencias sanitarias en los productos de tabaco, de la creación de mecanismos para la vigilancia contra la comercialización ilegal y a través del fortalecimiento de la cartera de salud.
La disposición dejaría al ministerio como la autoridad responsable de velar por el cumplimiento del mismo.
CONSUMO EN EL PAÍS
Uno de los principales problemas para la institución de medidas para el control del tabaco es la falta de datos actualizados sobre su impacto en la salud de los guatemaltecos.
De acuerdo con cifras del informe 2016 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre la Situación de Salud en las Américas, en Guatemala, la tasa de mortalidad por cáncer de pulmón era de 4.3 por cada 100 mil habitantes en 2014.
Además, indica que la prevalencia de consumo de tabaco en adolescentes era del 16.6 por ciento en 2008. La cifra de prevalencia en adultos no está registrada.
El Programa Nacional de Prevención de Enfermedades Crónicas no Transmisibles y Cáncer del MSPAS dio a conocer en 2014 que al menos el 23 por ciento de muertes por cáncer en el país están relacionadas con el hábito de fumar. Entre los departamentos que más consumen tabaco destacan: Guatemala, Escuintla y Sacatepéquez.
Además, de acuerdo a las estimaciones, anualmente en el país se consumen más de 5 mil millones de cigarrillos. Sus consumidores representan 1.5 por ciento de la población femenina y el 21.7 por ciento de la población masculina a nivel nacional.
Respecto a muertes relacionadas por el tabaco en el país, la institucionalidad pública reveló que fallecen aproximadamente 6 mil guatemaltecos al año como consecuencia de enfermedades causadas por el tabaquismo.
De acuerdo con el MSPAS, el 1 por ciento de las muertes registradas por estas causas corresponde a fumadores pasivos, es decir, familiares o amigos cercanos de los adictos al cigarrillo que permanecen cerca de éstos, así como quienes trabajan en centros cerrados en donde se consume esta sustancia, aunque sea prohibido por la ley.
A nivel global, según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de tabaco mata a más de cinco millones de personas al año y es responsable de al menos 1 de cada 10 muertes de adultos, siendo contabilizado como uno de los cinco factores principales de riesgo de mortalidad.
De acuerdo con dicha entidad, las personas que mueren por alguna enfermedad causada por el tabaquismo pudieron evitarlo totalmente, pues es la causa de muerte más prevenible, ya que la cardiopatía isquémica contabiliza un 11 por ciento de sus muertes al consumo del tabaco.
La OMS estima que la mitad de los más de mil millones de fumadores en todo el mundo morirá de una enfermedad relacionada con el tabaco y además estima que, de seguir las tendencias, el consumo de tabaco matará a más de ocho millones de personas a nivel mundial para el 2030.
UNA LEGISLACIÓN INSUFICIENTE
El Asesor de la Unidad Técnico Normativa del Ministerio de Salud, Luis Gossman, indica que el pronunciamiento de la cartera sobre el tema no es una postura política, sino resultado de un análisis que evidencia que la iniciativa “no es integral”, pues el control de tabaco debería tener medidas conjuntas antes que intentos aislados.
“Aunque ningún diputado solicitó nuestro acompañamiento técnico, recomendaríamos, que no sólo se tomen medidas de control sino también se incluyan políticas sanitarias para que funcionen mejor las medidas que se apliquen en el país”, declara.
Entre las principales debilidades encontradas está la omisión de las disposiciones del Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) suscrito por Guatemala, en el que se delimitan las regulaciones del empaquetado y etiquetado de los productos para que las advertencias sanitarias tengan el impacto deseado.
Gossman explica que en los artículos 6 al 14 el Convenio especifica las medidas a tomar en ese aspecto, mientras que en los artículos al 15 al 17 establece recomendaciones en cuanto a la oferta y la publicidad.
El Convenio señala que no se debe utilizar menos del 50 por ciento de las superficies principales expuestas en los empaques de productos del tabaco para la advertencia sanitaria, en la que se exponen las consecuencias de su consumo. Y aunque la iniciativa original establecía un 60 del espacio por ciento para este fin, la Comisión de Salud lo redujo a 50 por ciento.
Además, en el dictamen de la comisión se elimina la prohibición de utilizar términos falsos, engañosos u ambiguos en las cajetillas o envoltorios, tales como: suave, ligero, bajo en nicotina, bajo en alquitrán, o cualquier otro lenguaje que pueda expresar una concepción errónea de las características nocivas del consumo del tabaco.
Para Gossman, aún cumpliendo con las disposiciones antes mencionadas, la iniciativa se quedaría corta, pues además considera que, tomando en cuenta el convenio que Guatemala se comprometió a cumplir desde el 2005, junto a las advertencias sanitarias se deben aplicar medidas de ambiente, responsabilidad civil y cooperación.
El Convenio Marco establece regulaciones para la protección contra la exposición del humo del tabaco; para la educación, promoción, comunicación y sensibilización pública; y también medidas sobre los precios e impuestos aplicados a los productos del tabaco para reducir su demanda.
La iniciativa menciona de forma superficial los primeros dos aspectos, pero excluye cualquier medida fiscal.
En ese sentido, Gossman advierte que si el Congreso aprueba la iniciativa como está, sería una disposición poco efectiva que haría al país retroceder y estancarse, debido a que se pierde la relevancia de la intervención si se “incorporan elementos sin que se perciba un beneficio real para la salud de los guatemaltecos”.
“Las disposiciones no tendrán un efecto positivo y real en la salud de las personas si la combinación de las medidas no se aplica, pues hay disposiciones administrativas que quedan abiertas a la interpretación y eso nos complicaría el trabajo”, destaca.
El experto agrega que el dictamen además contradice el Código de Salud, pues en el artículo cuarto indica expresamente que las disposiciones de la ley serán válidas para productos que estarían empaquetados en cantidades de 10 en adelante, mientras que el Código indica que los cigarrillos no deben empaquetarse en grupos menores a veinte unidades.
“ATAQUES POLÍTICOS”
El expresidente de la Comisión de Salud del Congreso, Luis Hernández Azmitia, declaró que el dictamen fue emitido de manera técnica y que la oposición del ministerio se da por razones políticas, dejando a un lado el beneficio de la salud de los guatemaltecos.
“Nosotros como Comisión emitimos un dictamen bien analizado y en donde hemos incluso endurecido las medidas, todas las disposiciones las cambiamos y hemos decidido que esto ayudará a que tenga más impacto”, aseguró, aunque La Hora comprobó que las disposiciones en realidad fueron debilitadas.