Tegucigalpa
DPA

Miles de indígenas y miembros de organizaciones populares recordaron hoy el asesinato de la dirigente ambientalista y del pueblo de la etnia lenca, Berta Cáceres, mientras el Gobierno afirmó que colabora con los fiscales para que el crimen «no quede en la impunidad», a un año de su muerte.

Miles de personas recorrieron hoy las calles de la capital para recordar el asesinato de Cáceres, que se desempeñaba como coordinadora del Consejo de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh).

La coordinadora del Copinh encabezaba una lucha contra poderosos terratenientes locales que despojan a los indígenas de sus tierras ancestrales y contra una empresa energética que busca explotar las aguas del río Gualcarque, sagrado para el pueblo lenca, para instalar un proyecto hidroeléctrico.

El Ministerio Público, por medio de sus investigadores criminales, ha capturado a siete personas señalados de ser los planificadores y ejecutores del asesinato, así como herir al dirigente ambientalista mexicano Gustavo Castro, que se encontraba con Cáceres el 3 de marzo del 2016 cuando se perpetró el crimen en la occidental ciudad de La Esperanza, en la provincia (departamento) de Intibucá.

Tras el asesinato de Cáceres han muerto violentamente varios activistas del Copinh, así como un dirigente de la etnia Tolupan.

Por su lado el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, dijo hoy miércoles que continúan apoyando al Ministerio Público para que el crimen de Cáceres «no quede en la impunidad».

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