POR MARIELA CASTAÑÓN
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Detrás de las cifras hay una historia de dolor y un proceso burocrático para alcanzar justicia

Sufrimiento y burocracia es lo que enfrenta la niñez guatemalteca que ha sido violentada sexualmente. En cinco años el Ministerio Público (MP) documentó 23 mil 201 denuncias de violencia sexual, las cuales reflejan que un 95 por ciento de los delitos fueron cometidos por familiares o personas de confianza, mientras que la Policía Nacional Civil (PNC) capturó en el mismo período de tiempo a 1 mil 14 violadores. En tanto, Misión Internacional de Justicia (IJM por sus siglas en inglés) manifestó su preocupación porque los procesos legales pueden demorar hasta cuatro años. Por su parte, el Organismo Judicial (OJ) refiere que entre 2012 y 2016 emitió 1 mil 28 sentencias en casos de violación sexual y violación con agravación de la pena.

El ente investigador recibió 23 mil 201 denuncias por los delitos de violación sexual y violación agravada en contra de niñas y niños menores de 18 años. Las denuncias fueron recibidas del 1 de enero de 2012 al 31 de diciembre de 2016, según los datos oficiales. (Lea el recuadro Denuncias por año).

Según Vilma Rojas, jefa del departamento de Coordinación de Atención a la Víctima del MP, un 95 por ciento de los casos de violencia sexual son cometidos por familiares o conocidos de los niños.

Rojas coincide con IJM en que algunos casos pueden demorar hasta 4 años para alcanzar justicia. En el caso del MP, refiere, las denuncias de violencia son “prioridad”, principalmente cuando involucran a la niñez.

Eduardo Magermans, director de Movilización e Incidencia de IJM, explicó recientemente que los juzgados no han logrado agilizar los casos donde son afectados los niños y niñas, pero deben priorizar a este sector de la población.

“Recuerde que la mayoría de los casos de abuso sexual ocurren en casa y persiste la falta de condenas. Los jueces no se dan abasto y tampoco priorizan. En los casos de violencia sexual infantil no hay concientización, los niños no pueden pasar 4 o 5 años en un Juzgado porque si no los estamos revictimizando”, argumentó.

Por otro lado, la PNC ha capturado en el mismo período de tiempo a 1 mil 14 violadores, algunos son considerados “violadores en serie” porque han agredido a varias víctimas. (Lea el recuadro Capturas por año).

En tanto, el OJ indica que entre 2012 y 2016 emitió 1 mil 28 sentencias por violación sexual y violación con agravación de la pena.

La Hora requirió al OJ información clasificada por sentencias condenatorias y absolutorias, por la edad de las víctimas y por año, pero no fue posible obtener esos datos debido a que esta entidad únicamente los clasifica por tipificación del delito, sin detalles de la edad de la persona afectada. Tampoco se pudo conocer toda la información de las sentencias clasificadas e hicieron falta datos del año 2014. (Lea el recuadro Sentencias por violencia sexual).

MÁS ALLÁ DE LAS ESTADÍSTICAS

Cada denuncia recibida por las autoridades, representa el daño a un niño o niña, víctima de violencia sexual, que tendrá que enfrentar los traumas que conllevan un delito de esta magnitud.

Gloria Solares, gerente del departamento de Aftercare de IJM, que acompaña jurídica y psicológicamente casos de violencia sexual contra la infancia, explica que una violación sexual marca negativamente la vida de cualquier persona y para alcanzar una restauración de ese dolor es necesaria la terapia psicológica y el apoyo familiar.

De acuerdo con un análisis de IJM, sobre los dibujos realizados por menores de edad violentados sexualmente, y que no han alcanzado justicia, reflejan culpa, confusión en la identidad sexual, temor a la crítica, estigmatización, negación a la realidad.

Uno de los niños dibujó en una prueba proyectiva, como lo denomina Solares, y que sirve a los psicólogos para evaluar los indicadores emocionales de violencia sexual, a una persona bajo la lluvia con las orejas remarcadas. En la imagen, según la profesional se observa el sentimiento de culpa en el niño.

“Nosotros tenemos algunos parámetros; cuando una persona dibuja las orejas tan pronunciadas como él, es porque tiene temor a la crítica o se siente estigmatizado. En este caso, el niño se sentía muy afectado porque toda la familia se enteró –de la violación sexual- y lo señalaban que era culpable. Un varón es más señalado y estigmatizado por la sociedad. Inmediatamente dicen que es un homosexual, de una vez lo condenan, pero no es así. Por otro lado, la lluvia refleja ansiedad, melancolía, depresión”, argumenta la psicóloga.

En otro de los casos, una niña dibujó a un niño sin manos. Esto también es interpretado como un sentimiento de culpa. La menor de edad, al dibujar a una persona de género masculino, refleja que tiene problemas de identidad sexual, explica Solares.

“Muchas veces los niños o niñas son sometidos por el agresor para masturbarlos. En este caso hay problemas de identidad sexual porque ella dibujó un niño sin manos, pero ella es niña”, refiere.

En otro de los ejercicios se requirió a un adolescente hacer una trayectoria de su vida. Se le pidió que colocara puntos amarillos cuando se trataba de una situación positiva y puntos rojos por una situación negativa.

“Él escribió mi papá me pegó, pero no fue así, después se supo que abusó de él. En la trayectoria va por este camino con sus hermanas y aquí describe su vida. El niño fue rescatado, lo institucionalizaron”, dice Solares.

En tanto, otro de los dibujos mostrados, es de una niña que tuvo un bebé producto de la violación sexual. Actualmente está en proceso de rescate, debido a que su familia no le proporciona afecto y tampoco la lleva a sus terapias psicológicas, pero la obliga a querer a su bebé.

“Es una nena que no ha logrado recuperarse. Si usted observa en el dibujo, puede ver cómo está y cómo se ve. Yo le dije que dibujara algo de cómo se sentía y se dibujó ella. Aquí a la par hay un niño: tiene problema de identidad sexual. Esta nena tuvo un bebé producto de la violencia sexual, obviamente la niña rechaza a su beba, pero es normal que la rechace, el problema es que la familia la está obligando a quererla. Es un conflicto enorme que tiene la niña, que quiere escaparse. Está por rescatarse porque su familia no le da esa atención, ni cubre las necesidades afectivas y emocionales, ni la trae al proceso de atención psicológico”, dice la entrevistada.

SECUELAS DEL DOLOR Y EL IMPACTO EN LA SOCIEDAD

De acuerdo con Solares, una violación sexual en un niño tiene varias etapas, en ellas prevalece la impotencia e indefensión del infante afectado, bajo rendimiento escolar, aislamiento y en algunos casos vuelven a orinarse en la cama.

En tanto, la revelación de este delito, que regularmente se conoce por un testigo, conlleva una serie de etapas “tediosas” para los niños, como la realización de evaluaciones forenses, psiquiátricas, psicológicas, aunado a la culpa que en algunos hogares les hacen sentir a los niños. Por ejemplo, si el agresor es un familiar que lleva el sustento económico y lo capturan, a los niños abusados se les dice que “por su culpa”, no podrán cubrir las necesidades básicas.

Según la representante de IJM, la situación se agudiza cuando la niñez afectada debe enfrentar todo un sistema que le interrogará reiteradamente por lo que le ha sucedido.

“El primer daño que sufren los niños es cuando son violentados sexualmente. La victimización secundaria es cuando se refiere a todo lo que implica el proceso legal, las entrevistas, el hecho de volver a requerirle al niño o niña contar su historia, en condiciones que no son favorables. No hay buenas prácticas, son consultados hasta 6 veces por diferentes instancias, como la Procuraduría General de la Nación (PGN), por el OJ, por las organizaciones que llevan el proceso de terapia”, explica.

En tanto, la profesional dice que las secuelas de una violación sexual se pueden superar, pero siempre queda la cicatriz. El impacto en la vida de una niña y en la sociedad puede reflejarse en la explotación sexual y la promiscuidad.

“Cuando un niño o niña no pasa por un procedimiento de restauración, tiene varios caminos. En la mayoría de mujeres o niñas es un contexto de vulnerabilidad donde ellas pueden a volver a ser víctimas de violencia sexual porque no tienen las herramientas necesarias para poder decir que no, porque no han superado el trauma y tienden a ser introvertidas, sumisas, a permitir que esto vuelva a suceder en sus vidas. Otra situación es que pueden tener conductas promiscuas y puedan ser explotadas sexualmente; se da en un 60 por ciento de los casos cuando no han pasado un proceso de restauración o un cuidado posterior”, explica.

En un niño es más grave la falta de atención, porque al crecer pueden convertirse en agresores sexuales, pues la probabilidad es alta para que reproduzcan el mismo patrón de violencia al que fueron sometidos.

“En los varones es más complejo y peligroso para la sociedad, porque en un 70 por ciento de los casos que no atraviesan por un proceso de restauración, de terapia o psicoterapia psicológica, o de varios estándares de cuidados, sucede que ellos vuelven a repetir el patrón de violencia sexual y se convierten posiblemente en agresores sexuales. En un 20 por ciento se ha comprobado que tienden a tener conductas homosexuales, porque hay crisis de identidad sexual”, argumenta.

NIÑEZ Y MUJERES SON PRIORIDAD

Vilma Rojas, jefa del departamento de Coordinación de Atención a la Víctima del MP, explica que los casos de violencia sexual, sobre todo de niñez y mujeres son prioridades a atender dentro del MP.

“En los delitos contra niños y niñas se trata de agilizar esos procesos y también cuidamos que reciban el acompañamiento por parte de las organizaciones e instituciones que forman parte de las redes de derivación que coordina el MP, que en total son 56”, señala.

La profesional agrega: “Para nosotros el acompañamiento que nos da la sociedad civil ha sido fundamental, en el caso de darle seguimiento en cuanto a atención psicológica, médica, legal, porque los niños que sufren una violación necesitan un tratamiento. Si bien se les provee el kit de emergencia, que son los antibióticos, los antirretrovirales, en el caso de las niñitas que están en edad fértil o que puede quedar embarazada, tratamos de cuidar esa parte”.

De acuerdo con Rojas, una de las estrategias en estos casos es reducir la victimización secundaria, es decir, la mala atención que pueda brindar la institución, la demora en los procesos, preguntar varias veces lo que le sucedió a la niñez afectada por una violación.

El MP cuenta con 12 cámaras Gesell a nivel nacional y circuitos cerrados, donde una psicóloga atiende y prepara previamente a los niños en un espacio adecuado a su edad. Ahí puede haber juguetes y objetos que permitan hacer sentir cómodo al menor de edad. Del otro lado están quienes forman parte del proceso: el juez, los fiscales del MP, la defensa. Los niños no los pueden ver, porque únicamente están con la psicóloga que los entrevista.

Por otro lado, el OJ indica que a través de la Unidad de Niñez y Adolescencia se han emprendido varias acciones para atender el tema.

Según la institución, como primera acción se ha iniciado una mesa de trabajo en la que participa la Unidad de Niñez y Adolescencia y la Unidad de Monitoreo, Control y Seguimiento de los órganos especializados, así como el MP, a efecto de coordinar mejor la respuesta de atención. También se ha brindado capacitaciones a jueces, personal auxiliar y equipos multidisciplinarios.

Además, se ha iniciado con un proceso de elaboración de protocolos de atención para jueces de Niñez y Adolescencia, sin embargo, la jurisdicción que conoce de estos casos penales es para los casos en que haya justicia especializada de Femicidio y Otras Formas de Violencia contra la Mujer.

De acuerdo con el OJ, se han realizado acciones y trabajado con la iniciativa que lidera la diputada Sandra Morán, para abordar el tema de forma integral en relación a la violencia sexual de niñas y niños.

“Esta unidad está trabajando en una propuesta que promueve una modificación concreta al Código Procesal Penal a efecto de que la vía a utilizar en forma obligatoria para la atención de los casos de violencia sexual en niños, niñas y adolescentes sea el anticipo de prueba, contenida en el artículo 317, que puede señalarse como uno de los desafíos más grandes por el momento”, refiere.

Agrega: “Esta vía generalmente es sumamente cuestionada por los defensores y defensoras de los sindicados, bajo el argumento de que la vía está establecida para casos extraordinarios en los que prevé que exista algún obstáculo difícil de superar, y no se considera como tal de forma generalizada la declaración de un niño, o niña, en esa vía claramente acorta el proceso para los mismos, evita revictimización y se da cumplimiento a la Convención sobre los Derechos del Niño, de atender al interés superior de los mismos, frente al interés del sindicado de garantizar el derecho de que se realice hasta el debate”, explica.

¿QUÉ HACER ANTE LA VIOLENCIA SEXUAL?

El MP detalla que es necesario prevenir la violencia sexual, a través de la inclusión de educación sexual en el pensum de las escuelas, reiterar que nadie tiene derecho de tocar el cuerpo de los niños, mientras que los padres deben cuidar y proteger a sus hijos.

Por otro lado, IJM detalla que es importante creer en lo que digan las niñas y los niños, prestarles atención y escucharlos, estar atentos en sus conductas y cambios.

Tipificación del delito

De acuerdo con el Artículo 28, del Decreto 9-2009, Ley contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas, con el que se reforma el Artículo 173 del Código Penal, la violación es un delito cometido por “quien, con violencia física y psicológica, tenga acceso carnal vía vaginal, anal o bocal contra otra persona, o le introduzca cualquier parte de su cuerpo u objetos, por cualquiera de las vías señaladas, u obligue a otra persona a introducírselos a sí misma, será sancionado con pena de prisión de ocho a diez años”.

El Artículo 30 de la misma normativa, que reforma el Artículo 174 del Código Penal, agravación de la pena, refiere: “La pena a imponer por los delitos enunciados en los artículos anteriores, se aumentará en dos terceras partes en los siguientes casos:
1º. Cuando la conducta se cometa por la acción conjunta de dos o más personas.
2º. Cuando la víctima sea especialmente vulnerable por ser adulto mayor, padecer de enfermedad, estar en situación de discapacidad física o mental, o por encontrarse privada de libertad.
3º. Cuando el autor actuare con uso de armas o de sustancias alcohólicas, narcóticas o estupefacientes o de otros instrumentos o sustancias que lesionen gravemente la salud de la persona ofendida o alteren su capacidad volitiva.
4º. Cuando se cometa en contra de una mujer en estado de embarazo o cuando se produzca dicho estado como consecuencia del delito.
5º. Cuando al autor fuere pariente de la víctima, o responsable de su educación, guarda, custodia, cuidado, tutela, o sea el cónyuge, excónyuge, conviviente o exconviviente de la víctima o de uno de sus parientes dentro de los grados de Ley.
6º. Cuando a consecuencia de la conducta, el autor produjere contagio de cualquier enfermedad de transmisión sexual a la víctima.
7º. Cuando el autor fuere un funcionario o empleado público o un profesional en el ejercicio de sus funciones”.


Sentencias por violencia sexual

De acuerdo con el OJ, entre 2012 a 2016 (sin contar 2014, porque no se recibió el dato), se emitieron 476 sentencias condenatorias por el delito de violación sexual; mientras que, por el delito de violación con agravación de la pena, el OJ obtuvo 552 sentencias condenatorias y absolutorias.

Por ambos delitos sexuales se alcanzaron un total de 1 mil 28 sentencias.

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