Edgar Villanueva
La Navidad es la época para desear lo mejor a los demás. En este año tan complicado, creo que es importante extender nuestros mejores deseos a aquellos que están haciendo las cosas bien y dejar fuera a los que insisten en buscar el debilitamiento de los pequeños pasos que va dando nuestra Guatemala.
Así que, ¡Feliz Navidad! A la madre soltera que se levanta a las cinco de la mañana y lleva a su hijo bien planchado a la escuela. A la que después de dejarlo tiene que batallar por subirse a la primera camioneta que encuentre para sacar adelante la jornada laboral y así buscarle a su retoño un futuro mejor.
¡Feliz Navidad! Al PNC que no acepta sobornos y que se esfuerza por hacer cumplir la Ley. Al que integra el Comando Antisecuestros y esas unidades de la Policía que nos están devolviendo la confianza en ellos. Asimismo, al soldado que cuida de nuestras fronteras y que hace guardia en los lugares más recónditos país, lejos de su familia pero convencido del honor que implica servir a la patria.
¡Muy Feliz Navidad! Al fiscal que se esmera por investigar la verdad y que litiga sabiendo que se enfrenta al monstruo de la corrupción y de la impunidad. Al que camina a su carro al salir de Tribunales con el único blindaje de tener fe en que hay poderes superiores que lo protegen. También al juez que tiene como norte la justicia sin importar a quien se le aplica la Ley, al que no acepta presiones y al que no cede ante las redes de tráfico de influencias existentes en el Organismo Judicial.
¡Felices Fiestas! Para el empresario que paga sus impuestos cabales, que genera trabajos dignos y que impulsa la economía del país. El que sufre con la burocracia retrograda y no cae en la trampa de las mordidas. También para el sindicalista que vela por los intereses de los trabajadores con honestidad y sin coaccionar para lograr lo que desea.
¡Un gran 2017! Para el congresista que no negocia su voto por dinero, al que no es tránsfuga, al que no se presta a los intereses de sus financistas, ni de los mesiánicos candidatos de su partido. También para el funcionario público que con su trabajo sirve a sus conciudadanos y a su país.
Aunque se crea que son pocos los que merezcan estos buenos deseos, no nos debería de importar. Hay buenos guatemaltecos que se merecen unas fiestas en paz y que deben de contar con la seguridad que algunos de nosotros nos damos cuenta de su buena labor y que estamos con ellos. El 2017 se pinta difícil, el apoyo y reconocimiento a los que están haciendo las cosas bien y la supervisión y condena de la sociedad a aquellos que están haciendo las cosas mal, son una herramienta fundamental para que, paso a paso, nuestro país sea el lugar donde merecemos vivir.