Roberto Arias

Clay County, una pequeña población estadounidense de 5 mil habitantes quedó manchada, en el mundo entero, como una comunidad racista, debido al sucio insulto realizado en un muro de Facebook. El insulto fue subido a Facebook por Pamela Ramsey Taylor, directora de un grupo de desarrollo de West Virginia, el Clay County Development Corp., una organización sin fines de lucro, que asiste a ancianos y, el insulto fue contra la Primera Dama de los Estados Unidos, Michelle Obama.

Pamela Ramsey Taylor escribió en su muro: “It will be so refreshing to have a classy, beautiful, dignified First Lady back in the White House. I´m tired of seeing a Ape in heels.”(sic) Con el notorio error ortográfico en el idioma inglés -a, en lugar de an ape-, cuya traducción es «Será tan refrescante tener en la Casa Blanca a una primera dama con clase, belleza y dignidad. Estoy cansada de ver a un simio con tacones»

A este abusivo comentario, la alcaldesa de Clay County lo celebró con un «me alegraste el día, Pam». En Clay County casi no existen residentes afroestadounidenses y la mayor parte de los electores votaron por Trump. La andanada de críticas y repudio no tardó en llegar.

La alcaldesa de Clay, en West Virginia, Beverly Whaling, que celebró en Facebook el insulto racista contra Michelle Obama renunció a su puesto y el concejo municipal se reunió más tarde para aceptarla. La reunión del concejo fue breve y el concejal Jason Hubbard leyó un comunicado condenando el «horrible e indecente» comentario. Se disculpó en nombre de la localidad con Michelle Obama y cualquiera que se sintiera ofendido… Ahora, el pueblo de mayoría blanca y seguidor de Donald Trump, intenta recomponer su imagen, lo cual dudo con vehemencia porque -a golpe dado no hay quite-, decimos en Guatemala.

Lo malo es que ese estúpido incidente detonó el sentimiento estadounidense de una enorme mayoría y una fuerte polarización étnica y social debe esperarse como un nuevo componente global exacerbado por la política de Donald Trump en su campaña electoral, la que seguramente persistirá en su política presidencial estando ya en oficio.

Todo esto dará un giro a los sistemas políticos, sociales, étnicos y económicos globales, debido al terror que Trump inspira a muchos pueblos y naciones del mundo con su actitud xenofóbica, misógina, abusiva y clasista. Como muestra, antes de los inicios del vulgar Donald Trump en la presidencia de los Estados Unidos de América, el Condado de Clay en Virginia del Oeste nos está dando una elemental seña de lo que se avecina con este sátrapa en la presidencia de ese país del Norte.

No cabe duda que en los Estados Unidos de América ganó lo sucio, lo marginal, lo indeseable; algo que nunca hubiera ocurrido hace dos generaciones, pero ahora lo sucio subió al poder, de lo cual los mismos gringos van a tener el tiempo suficiente para arrepentirse. Pero como reza el reiterado, aunque vulgar dicho mexicano: -Ya encarrerado el gato, que chingue a su madre el perro.

¡En los Estados Unidos ganó la indecencia… la mala palabra!

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