Una colaboración de Jenner Santos | Barrancópolis

Existe un acuerdo tácito y profundo entre el orden y el caos; dentro de la anarquía desconcertante de la estridencia, debe existir un sentimiento estructurado de cohesión y fantasía. Una enorme contradicción que amarra por los bordes el estallido incontrolable, y lo somete a los ambientes vigilados de un pacífico revuelo.

Es así como podemos describir el recién lanzado extended play de la banda de rock instrumental Dr. Tripass, un material dinámico, que no se adapta a los estándares de una producción estructurada, se trata de un álbum complejo. Los integrantes de la banda la tienen clara y se presentan ante nosotros experimentado con los tiempos y las facetas rítmicas que de alguna manera fluyen en conjunto y dan como resultado una consistencia excepcional.

El hijo de Miki es la primera rola del EP; un rock avejentado pero acompañado de variaciones experimentales que amenizan el ritmo. Tal pareciera que los riffs sublimes de guitarra son los que proponen la base rítmica para que la batería improvise, y nos llene de sonidos recios y electrizantes.

A continuación, tenemos La planta musgoza, una de las mejores canciones de este material. Intrigantemente confusa, tiene un inicio lento con tintes de jazz, para luego introducirnos de lleno a un sonido rudo y muy urbano. Dentro de la constante distorsión de la guitarra que se establece en un rock puro, podemos nuevamente encontrar esas experimentaciones entre los riffs y la línea de bajo que no permiten enclaustrar la rola en un solo género.

En la confusión de las tonalidades y los ritmos tan cambiantes, encontramos cierta armonía melódica. Al recorrer el material van trasponiéndose el jazz y el rock instrumental, de pronto llegamos a Biciman, un título adecuado para una rola que es por demás alucinante. Una batalla entre los platillos de la batería y un relajante circulo de guitarra que nos hace desear que la rola dure más.

Es necesario decir que solo las primeras dos canciones del EP duran menos de 4 minutos. Un valeroso esfuerzo para una síntesis musical tan compleja.

Justo antes de terminar el EP tenemos El búho y la pipa de Chrick, una rola magnifica que a pesar de tener un inicio lento y ecléctico, va tomando forma conforme los segundos avanzan. En los últimos tres minutos existe una guitarra poderosa y creativa, que da la justa presencia para energizarse, pero que no opaca en ningún momento a la batería y los arreglos con teclado que corren limpios durante toda la canción.

Ya para terminar tenemos Abacus, que es sin lugar a dudas, otra de las joyas del EP. Con unos intensos nueve minutos, crea una atmosfera de expectativa descortés, arrancando los sentidos con distorsiones muy bien calibradas que van desde lo más alborotado a lo más tranquilo. Una rola que te centra en la esencia vigorosa de la banda y su estilo tan propio.

Podemos decir que Salado de Dr. Tripass está muy bien estructurado; en la anárquica experimentación y combinación de sonidos, la armonía fluye de manera indolente mientras el cuerpo se va llenando de sensaciones escalofriantes. Sin embargo, es esa misma experimentación lo que le resta valor a la técnica y la creatividad de los músicos.

En medio del choque y el desconcierto hay una consistencia de tonalidades, que se van amarrando hasta crear un material excepcional en su género, pero que no termina de seducir ya que por momentos repetitivos, se siente como si cayéramos a un vórtice inexplicable de una sola canción que muere, se regenera y muta a algo medianamente genial.


Jenner Santos (Guatemala, 1990) Me gustan más los paches que los tamales y vivo atormentado porque Selena murió el día de mi cumpleaños. Honesto y vil antes que cae bien. No sé qué decir cuando me preguntan si soy antropólogo o escritor.

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