Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt

El jueves dije que Mario Taracena y Oliverio García Rodas son parte del sistema, sus fieles guardianes, y ambos se han beneficiado del mismo con la diferencia que el primero es bullanguero y el segundo es matalascallando, pero los dos, al fin, clave para que las cosas hayan llegado hasta aquí, vitales para mantener los vicios, y fundamentales para el futuro exitoso de este podrido sistema.

Se menciona un tercero en disputa que es Nineth Montenegro y la chibola le cae en una coyuntura en la que no basta aparentar no ser parte del sistema, sino que el momento histórico que vive Guatemala demanda que quienes queremos cambios de verdad demos un paso al frente, y eso es lo que ella debe hacer si quiere ser la opción diferente en la contienda por dirigir el Congreso. Si se muestra distinta antes de la elección, la presión ciudadana “debería” forzar su elección aunque haya poderosos que están encantados con que nada cambie.

Los que están cómodos con que las cosas sigan igual, los que están fascinados con entretener la nigua, los que excusan que los cambios toman mucho tiempo, los que dicen que algo es mejor que nada, estaban felices con Taracena y lo estarían con García Rodas, pero ¿Quién responde por los que deseamos cambios de fondo para que con ello se modifique el sistema y se abra el espectro de oportunidades?

Y si alguien puede sacudir el árbol para que caigan los frutos podridos es Montenegro porque tiene todos los años en el Congreso, porque ha sido parte de legislaturas en donde se ha pagado por votos, en donde se han pactado millonarios negocios desde la Comisión de Finanzas y todo ello le ha permitido ver cómo han convertido al Pacur (ahora Listado Geográfico de Obras) en la caja chica, pero bien grande con la que se hacen millonarios muchos a costa del dolor, la marginación y la pobreza de las mayorías.

Ella ha conocido los vicios y es momento de decir: “ya basta”, de denunciarlos desde sus más profundas raíces y si lo hiciera, es su oportunidad para pedirnos a los ciudadanos que cerremos filas a su favor porque el poder de las mafias es tremendo. Si no lo hace, nos dejará pensando toda la vida ¿Por qué?

Si solo desea ser un candidato más y negociar como le ha tocado en las elecciones, por ejemplo, entonces le dará munición a todos aquellos que consideran que nadie puede ser diferente permaneciendo callado tanto tiempo, conviviendo con los vicios del Congreso y pasando el aguacero.

Montenegro tiene en sus manos forjarse un camino en el lado correcto de la historia o quedarse en el lado de los que con parches se sienten liberados y además, están cómodos con el sistema porque al fin y al cabo, siempre se le saca raja en mayor o menor medida.

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