El incidente que terminó con la muerte del exministro Pavel Centeno tras causar serias heridas de bala al auxiliar fiscal Marvin Giovanni Ignacio y al agente de la PNC José Ismael Set Cuxá, nos debe llamar a una serena, pero profunda reflexión.

Se ha cuestionado el procedimiento de allanar dos residencias de un mismo propietario en donde rentaba una de ellas a Centeno. Algunos se preguntan cómo es que la inteligencia de las autoridades no identificó que el objetivo vivía en la otra casa, pero se les olvida mencionar que los condominios protegidos con garitas impiden ingresos, obviamente como una vigilancia, y que notifican al vecino de inmediato sobre cualquier hecho de esta naturaleza.

Hay mucha gente que vive en tensa situación emocional, despertando con el primer ladrido del perro en la madrugada, la moto que reparte el pan o los primeros carros del vecindario por el miedo que existe en algunos que podrían temer a la justicia y por ello revisan por las ventanas por si un día de estos los operativos de la fiscalía llegan a sus casas.

Lo que no podemos dejar de mencionar es que fue una decisión equivocada, y trágica, la de Centeno al abrir fuego contra dos representantes de la autoridad institucional del Estado que con orden de allanamiento dictada por juez competente se presentaron a una propiedad de una persona con orden de captura.

Queda por determinar en el proceso de la investigación los detalles de lo sucedido, pero nos queda completamente claro que en el caso de una tragedia como esa, y en los futuros operativos es prácticamente imposible prever el estado emocional, muchas veces inestable, de algunas personas.

Posiblemente no se sabrá con facilidad si es que había algún caso que, como a otros ministros de Finanzas, le hubiera podido generar temores al fallecido ante la posibilidad de ser perseguido penalmente. Sin embargo, pensamos que posiblemente el principal error de un académico fue aceptar un puesto en el que tuvo que apañar decisiones de políticos que, hoy por hoy, están quedando en evidencia como profundamente corruptos.

Como siempre, queremos dar valor a una vida humana y al dolor de las familias. Es por ello que consideramos que es fundamental que todos aquellos que han estado con temores derivados de hechos del pasado, entiendan que la justicia avanza y que es irracional tomar decisiones de este tipo que arriesgan a tantas familias. Da pena el dolor de los deudos de la familia Centeno. Como también la angustia de las familias Ignacio Santos y Set Cuxá, causada por una trágica reacción.

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