Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Oficialmente y con la presencia del presidente de la República Jimmy Morales y varios miembros de su Gabinete, se presentó el Informe Nacional de Desarrollo Humano 2015-2016, bajo el título “Más allá del conflicto, luchas por el bienestar”.

En el informe, aun cuando por razones políticas e ideológicas no se especifica concretamente a los gobiernos, sí se indicó que el desarrollo humano se incrementó un 17% del año 2000  al 2014 y que, en la primera década del 2000 se logró la mayoría de crecimiento.

Adicionalmente indicaron que entre el 2000-2006 el Índice de Desarrollo Humano mejoró una tasa anual promedio en 2.3%; del 2006-2014 el crecimiento fue de poco menos del 0.3% anual, también se indicó que el cambio más significativo se dio en la dimensión educativa, en las mejoras de salud y que los ingresos promedio se estancaron a partir del 2006.

Si ello lo superponen en los periodos de gobierno encontraremos que si bien los Acuerdos de Paz fueron suscritos por el gobierno de Álvaro Arzú, este prácticamente no implementó mayor cosa de lo acordado e independiente, incluso de buena parte de los Acuerdos de Paz, fue el gobierno presidido por el binomio de Alfonso Portillo y Juan Francisco Reyes el que tomó las medidas socioeconómicas que materializaron ese incremento en el bienestar social del pueblo de Guatemala.

Asimismo, en el informe se menciona que las reformas fiscales que prosiguieron al cese del conflicto armado, lograron mejorar la recaudación fiscal de los primeros años, lo que permitió alcanzar un promedio del 12% entre 2000 y 2006. Nuevamente, si se es más específico, se vuelve a comprobar que fue el gobierno del Frente Republicano Guatemalteco, del 2000 al 2004, en el que se implementó la gran mayoría de la reforma fiscal lo cual, como se dice en el informe, logró elevar la carga tributaria casi al 12%. Esto se hizo a pesar que se retiraron del desafinado Pacto Fiscal el CACIF como la URNG que estaba representada en ese momento por el economista Wilson Romero. Si ello no hubiera sucedido casi seguro que, como lo propuso el suscrito como Vicepresidente y el ministro de Finanzas de dicho gobierno, Eduardo Weymann, se hubieran aumentado otros gravámenes como el Impuesto Sobre Utilidades, que no se plasmó sino hasta diez años después, la carga fiscal habría sido mejor.

El Impuesto Sobre Utilidades al ser directo no hubiera afectado a la clase media, mucho menos a los trabajadores y sí hubiera afectado a quienes reciben buena parte de las riquezas sin trabajar, ellos hubieran contribuido al ingreso fiscal y como consecuencia al combate de la pobreza y la desnutrición  que tan alta es en este país.

Fue en los gobiernos de Óscar Berger y Eduardo Stein, como presidente y vicepresidente; en el de Álvaro Colom y Rafael Espada como presidente y vicepresidente; y en el de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti como presidente y vicepresidente, que se produjo nuevamente la disminución de la recaudación fiscal, la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, el aumento improcedente de la Canasta Básica Alimenticia, la cual ya no se fiscalizó por parte del gobierno; el aumento asimismo de los medicamentos y todo con ello la disminución del precario bienestar social.

¡Guatemala es primero!

Continuará…

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