Isabel Pinillos – Puente Norte
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Todo comenzó con un desayuno imaginario en Fulanos y Menganos, para el cual se contrató servicio, vajillas, mantelería y sillas para 564 personas, el cual por alguna razón, se pagó dos veces, a un costo total de Q251 por persona. Pero resulta que los comensales nunca llegaron a probar bocado. Del evento, sólo quedan las facturas que desenmascaran este desembolso del Estado y un fétido olor a corrupción. A partir de ayer, los guatemaltecos conocimos por un mensaje del mismo Presidente dando a conocer que entre los implicados en este nuevo escándalo, se encuentran su hijo y su hermano.

En el video que se viralizó en pocos minutos, y antes de que se le adelantaran los medios, Jimmy Morales apareció junto a la Primera Dama, vestida de blanco, con el rostro petrificado, para reconocer que tanto su hijo y su hermano Samuel, habrían dado declaraciones en la investigación penal del caso, que indaga los hechos ocurridos en dicho restaurante. Recordemos que este es un lugar cuyo propietario es compadre del Presidente en donde los hermanos Morales realizaron espectáculos en el pasado y que luego se convirtió en un punto de encuentro regular para activdades del partido.

Su imagen se deteriora potencialmente, cuando en el Congreso existe un debate por la aprobación del pasaporte diplomático para los hijos y esposas del binomio presidencial, con lo cual obtendrían inmunidad en el extranjero. Estas prebendas se otorgaron a dedo en el pasado, incluyendo a los familiares de Pérez Molina y Roxana Baldetti. Pero ahora con esta ley, en lugar de cortar con este vicio, se haría de manera oficial. Ayer en una entrevista en Emisoras Unidas, al preguntársele al ponente de la ley por qué incluyó dichas disposiciones, admitió que eran órdenes directas de la Presidencia del Ejecutivo.

Sin dudas, este caso empieza a dibujarse como la mayor crisis que le ha tocado enfrentar al mandatario. El involucramiento de la familia directa de Jimmy Morales en este caso de corrupción lastima profundamente la credibilidad presidencial, cuando ni siquiera ha terminado el primer año de su período. Pero claro, como cualquier proceso judical, este apenas se encuentra en investigación y faltan varias etapas para llegar a una sentencia. El mensaje que dio junto con su esposa, por doloroso que sea, viene a adelantarse a posibles acciones penales, con la intención de mitigar el inevitable desgaste político y juicio mediático. En cuanto a la responsabilidad del Presidente sobre las acciones de su hijo mayor de edad y su hermano, es lógico suponer que los hechos imputados no hubieran sido posible realizarlos sin el manto protector o complicidad del mismo Jimmy.

En su mensaje indicó que no volvería a dar declaración sobre el tema, lo cual no es congruente con un representante que busca ser transparente con sus mandatarios, ni de alguien que quiera colaborar con la averiguación de la verdad. Señor Presidente, como ciudadanos exigimos respuestas, cuando fue su palabra de honestidad la que lo colocó en su silla. Después de la plaza los guatemaltecos cambiamos de “chip”, y aunque es posible perdonar sus desaciertos debido a su falta de experiencia, los actos de corrupción no serán perdonados. Cuando su ticket ganador para llegar a la Presidencia se basó en una campaña en negativo de “ni corrupto ni ladrón”, el monstruo de cien cabezas le llegó a su puerta, y ahora el pueblo que lo puso en el poder lo observa impaciente.

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