BERLÍN
AP
La canciller de Alemania, Angela Merkel, defendió hoy la gestión de su gobierno ante el flujo de migrantes que llegó al país el año pasado, pero reconoció que queda mucho por hacer y que las preocupaciones que han generado un aumento del apoyo a los partidos nacionalistas contrarios a la inmigración deben ser tomadas en serio.
En una comparecencia ante el Parlamento, Merkel señaló que desde su discurso de hace un año Alemania realizó muchos progresos en la gestión de los cientos de miles de migrantes que entraban al país entonces.
«La situación hoy es mucho mejor que hace un año, pero sigue habiendo mucho por hacer», señaló.
Durante el fin de semana, la Unión Demócrata Cristiana de Merkel tuvo un pobre resultado electoral en Mecklenburg-Pomerania Occidental — la región por la que la canciller se presenta al Congreso — al quedar relegada a la tercera posición por la formación nacionalista y antiinmigración Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán).
El estado acoge a pocos migrantes, pero Merkel reconoció tras la elección que el resultado se debió más a una desafección hacia temas de ámbito nacional que a asuntos locales.
Ante el Parlamento, donde AfD no está representado, reconoció que la elección fue un golpe de «aquellos que confían en eslóganes y respuestas aparentemente sencillas». Las preocupaciones de los votantes «fundadas o infundadas, deben ser tomadas en serio (por) todos nosotros en esta cámara», señaló Merkel destacando que la formación convenció a votantes de los demás partidos importantes.
«Estoy bastante segura de que si resistimos esto y nos ajustamos a la verdad, todos ganaremos», manifestó Merkel. «Y así recuperaremos lo más importante que necesitamos — la confianza del pueblo».
En el último año, dijo Merkel, su gobierno ha acelerado medidas de integración para migrantes con buenas perspectivas de quedarse, aumentado el financiamiento de escuelas para ayudar a su educación y trabajado con estados y ciudades para buscar soluciones a problemas locales.
La canciller destacó además que el país logró reducir drásticamente la llegada de nuevos migrantes a suelo alemán, aunque reconoció que hay que mejorar el mecanismo para procesar rápidamente a los que tienen pocas posibilidades de recibir asilo.
Alemania reforzó además las fuerzas policiales y de seguridad que luchan contra el terrorismo, explicó Merkel recordando que «el terrorismo no es un problema nuevo que llegó con los refugiados».
Los delitos cometidos por migrantes son un aspecto central en el debate sobre si la decisión de dejar entrar a tanta gente año pasado fue correcta o no, especialmente a raíz de una cadena de abusos sexuales y robos registrados en la ciudad de Colonia en la víspera de Año Nuevo.