Por RYAN LUCAS,
BEIRUT
Agencia AP
La ofensiva se intensificó un día después que Estados Unidos y cinco naciones árabes aliadas iniciaron su campaña militar contra el grupo extremista en Siria con más de 200 ataques a unas dos docenas de blancos. La campaña, que el presidente estadounidense Barack Obama advirtió podría prolongarse durante años, expandió la que venía librando desde hacía más de un mes contra los extremistas en Irak.
«Decididamente hay un segundo día y habrá un tercero y un cuarto» de ataques en Siria, afirmó el secretario de estado norteamericano John Kerry a la televisora CNN el miércoles. «Esto seguirá durante algún tiempo en distintas formas».
Junto con sus aliados árabes, el gobierno de Obama se propone destruir al grupo Estado Islámico, la facción extremista que ha perpetrado atrocidades al apoderarse de territorios en Siria e Irak. Las Naciones Unidas han acusado al grupo de cometer crímenes de guerra.
Los nuevos ataques estadounidenses dañaron ocho vehículos del Estado Islámico en Siria cerca de la ciudad fronteriza iraquí de Qaim, dijo el Comando Central estadounidense en una declaración. También reportó haber hecho impacto en dos vehículos blindados de Estado Islámico al oeste de Bagdad, al igual que dos posiciones milicianas en el norte de Irak.
En otra declaración, el vocero del Pentágono, contralmirante John Kirby, dijo que los ataques en el este de Siria hicieron blanco en un área que emplean los milicianos para trasladar equipo hasta Irak.
El Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, dijo que no estaba en claro quién lanzó ataques aéreos en Boukamal, pero añadió que según habitantes del lugar, su intensidad fue similar a los lanzados el martes por la coalición estadounidense.
En el comienzo de la campaña, Estados Unidos también atacó la filial siria de al-Qaida, conocida como Frente Nusra. Funcionarios estadounidenses precisaron que el ataque fue contra el llamado Grupo Khorasan, que según dijeron impone una amenaza directa a Estados Unidos.
La campaña encabezada por Estados Unidos ha suscitado respuestas contradictorias entre la multitud de brigadas rebeldes que luchan contra el gobierno sirio, muchas de las cuales cooperan con el Frente Nusra y han entablado una guerra encarnizada con milicianos del Estado Islámico desde enero. Pero el objetivo definitivo de los rebeldes es derrocar el gobierno del presidente sirio Bashar Assad.
El miércoles, el principal grupo sirio de oposición respaldado por Occidente criticó los ataques estadounidenses por estar limitados al Estado Islámico y otros extremistas y no contra Assad.
«Lamentamos que la comunidad internacional solo haya llegado a soluciones parciales para el conflicto sirio en el que cientos de miles de personas fueron asesinadas o detenidas por el régimen de Assad», dijo Nasr al-Hariri, secretario general de la Coalición Nacional Siria.
En un comunicado, también dijo que cualquier esfuerzo que no sea para ayudar a los sirios a deponer a Assad solo alimentaría más extremismo.