Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com
Es de conocimiento general que el sistema hospitalario de nuestro país y muchas de las escuelas públicas se encuentran en muy malas condiciones; sin embargo, si se hace un análisis comparativo se comprobará que el Sistema Penitenciario está en peores condiciones.
Desde hace años la infraestructura de las cárceles ha colapsado y no existe, a pesar de las normas constitucionales y legales vigentes al respecto, una separación entre cárceles preventivas y cárceles de cumplimiento de condena.
Tampoco existe en ninguna de las cárceles una adecuada administración y, aún más grave, el número de personas que se encuentran preventivamente detenidas o cumpliendo una sentencia es el doble del que, según las normas, debería de existir dentro de una prisión.
Dependiendo del momento, hay medios de comunicación social o personas individuales que se han atrevido a decir que X o Y centro de detención carcelario, o en parte del mismo, es un hotel de lujo.
Quienes han tenido la circunstancia de estar detenidos preventivamente o quienes están cumpliendo una sentencia firme, así como sus familiares, saben que lo más que se puede pretender en una prisión es compartir un espacio, lograr dos metros para poder dormir, pernoctar y con suerte compartir los servicios sanitarios con otras diez personas como mínimo.
En qué hotel de lujo o en qué pensión del más bajo nivel en el país se tiene obligatoriamente que dormir con otras tres personas al lado, que inodoro en una pensión no tiene puerta o qué hospitalito o centro de salud es utilizado simultáneamente por personas infectadas con sida, tuberculosis o cualquier enfermedad infectocontagiosa.
Este análisis u opinión no es para defender a Otto Pérez Molina, a Roxana Baldetti o a cualquiera de los exfuncionarios que se encuentran preventivamente detenidos. No tengo amistad con el Presidente y Vicepresidenta mencionados; incluso, en lo personal mi familia y yo fuimos severamente perjudicados por ellos, pero eso no enturbia mi pensamiento ni mi forma de ser; nadie es culpable hasta que en sentencia firme ejecutoriada se demuestre lo contrario.
Los riesgos que corre una persona conocida dentro de cualquier cárcel en el país son enormes, pueden ser asesinados o utilizados como rehén en cualquier rebelión que se produzca.
La cárcel preventiva menos inadecuada que existe en Guatemala es Mariscal Zavala; sin embargo, con las recientes denuncias presentadas por el Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad, se encuentran detenidos el doble de personas que establece la capacidad de ese lugar. Los últimos sesenta detenidos se encuentran como si estuvieran en un campo de refugiados en el Medio Oriente o en el África, en carpas de plástico, donde se ahogan de calor en el día y se mueren de frío en la noche, el piso es de tierra y cuando llueve no les queda más que permanecer encima de la cama y así evitar que les dé pulmonía o una enfermedad bronquial, los servicios sanitarios son sumamente reducidos y el agua que usan la tienen que pagar día a día con sus propios recursos.
Ante esa situación, emplazo al Procurador de los Derechos Humanos para que él y su personal pase 72 horas continuas en cada una de las prisiones existentes en el país y nos digan si se está respetando lo mínimo que merece un hombre y una mujer preventivamente detenido.
¡Guatemala es primero!
Continuará.