Lo sucedido en el Congreso de la República nos muestra cómo es que la manipulación de los títeres diputados de parte de los caudillos de los partidos les permite seguir manejando el Legislativo como un mercado de voluntades y una cacería de fondos para embolsarse en lugar de ser aquel foro político que ayude a la obtención de una nación en búsqueda permanente del desarrollo y la justicia por medio de la lucha contra la corrupción y la destrucción del muro de impunidad que nos agobia.

Pero resulta que la chamarra con que se cubren los políticos no encuentra impedimento en las ideologías porque se basa en un poder común en lo largos que han sido y en lo largos que quieren seguir siendo. Hay quienes han usado la pobreza como la excusa para el robo y la manipulación del voto; manipuladores que denuncian orgías de impunidad cuando lo que les da cólera es no ser uno de los participantes; compra de votos de los cuales callan cuando son ellos mismos los que levantan la mano; etc.

Es cierto que los representantes que tenemos, en su mayoría, podrían reflejar a la sociedad porque casi todos los guatemaltecos han aceptado ser gobernados por esa gente sin alzar la voz ni pedir mejores resultados de la administración pública y otros tantos ciudadanos envidian al nuevo millonario aun cuando su dinero lo haya hecho con contratos sobrevalorados o cualquier otro método de saqueo al Estado.

Pero lo que no se vale es esa manipulación con la que se quieren llevar de transparentes unos mientras son peores que el resto. Porque usan el chantaje como su forma de operar y porque todos los abusos que denuncian lo hacen aparentemente con la cólera de no ser los beneficiados al partir el pastel.

Por cierto que ayer, la UNE por medio de un tuit rechazó lo que primero publicó La Hora pero que también salió en otros medios y es la versión de quienes están en el Congreso, de que se pactó la Junta Directiva, la aprobación de bonos y el fin de la CICIG. Vale la pena mencionar que no le ayuda a la UNE su pasado ni, menos, sus posturas recientes. Cuando denunciaron que los votos los comprarían, ¿estaban mintiendo o simplemente les llegaron a su precio?

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