José Manuel Fajardo Salinas
Académico e investigador UNAH

Si bien la colocación de una sigla donde se mezclan números y letras podría parecer una sencilla estrategia para llamar la atención del lector, y provocar curiosidad con relación a la lectura del presente artículo, en realidad no es esta la intención de este inusual título. Más bien, el mismo obedece a presentar formalmente una sigla acordada como una convención entre los expertos de un fenómeno de carácter global, que golpea cada vez con mayor contundencia y frecuencia el ser y hacer de las instituciones de educación superior. Este evento es la internacionalización, categoría que se transforma en sigla escribiendo sus letras inicial y final (letra “i” y letra “n”) y colocando entre ellas el número 18, representativo del número de letras intermedias en este concepto.

En el presente escrito buscaré señalar algunas de las ideas que, respecto a este tema, fueron expresadas por el Dr. Andrei Fëdorov, académico ruso que labora en el TEC de Costa Rica, y que, gracias a una invitación de la Dirección de Docencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, tuvo a bien exponernos en el pasado mes de mayo, lo que su universidad está haciendo para posicionar el tema no solo en su propio centro de estudios, sino a nivel nacional y regional. Como se verá por lo que sigue, el tema no solo es de importancia para la evolución de la educación superior en nuestros países, sino un auténtico reto para las Universidades de todo el orbe, merced a las tendencias globalizantes de la cultura actual.

Y con la palabra “globalización” se abre la compuerta conceptual que ayuda a vislumbrar la calidad del fenómeno de la internacionalización, ya que este es calificado de dos maneras: como “complejo” y a la vez, “contradictorio”. Entonces, partiendo del fenómeno de la “globalización”, se tiene que este funciona como una especie de catalizador, ya que, a nivel de cualquier iniciativa o inversión en capital, turismo, política, tecnología, comunicaciones, desarrollo ambiental o educación, absolutamente nada escapa de su perspectiva; de este modo es posible decir que la globalización condiciona sustancialmente nuestra vida cotidiana en todos sus aspectos. De ahí, que la i18n ha nacido como una manera de reaccionar a las condiciones complejas del nuevo entorno globalizado, y por ello es una forma de respuesta proactiva desde el mundo de la educación superior para adaptarse inteligentemente al suceso de la globalización.

¿Por qué la i18n puede entonces calificarse como compleja y contradictoria? Ello se comprende al analizar sus ventajas y riesgos. En el primer caso, se puede citar algunas de sus tendencias que van en línea de cooperación, solidaridad, reciprocidad y postura contra hegemónica (conducida por una tradición de proyección internacional e intercultural); pero en el segundo caso, se puede observar también manifestaciones de tipo competitivo y comercial, con una orientación mercantilista, potenciada a través de los Tratados de Libre Comercio (TLC). Como ejemplos de esto último tenemos casos de educación transnacional, donde las actividades educativas cruzan las fronteras del sistema educativo de una nación, de tal manera que los estudiantes están en un país diferente al de las universidades que los acogen, en modalidades diversas: franquicias (Franchising), Sucursales (Branch campus), I. E. S. registradas en el extranjero (Offshoring), Corporaciones, Educación a distancia, etc.

Gracias a un estudio realizado en el año 2005, se lograron determinar algunos beneficios y riesgos más específicos de la i18n: en cuanto a lo favorable se experimenta unidad de recursos, ampliación de horizontes científicos y culturales, valor añadido al desarrollo personal y profesional, promoción de la diversidad cultural y curricular y aseguramiento de la calidad; pero por otro lado, hay tendencia a la mercantilización de la educación superior, incremento en la competencia entre instituciones, países y regiones, llegando a crearse “fábricas de títulos” transfronterizas, expansión de las culturas y lenguas dominantes, pérdida de identidad cultural, homogenización del currículum, fuga de cerebros.

Específicamente en América Latina y Centroamérica, tenemos expresiones de la i18n tales como: la articulación y armonización de los sistemas de educación superior; la acreditación con movimiento de pares académicos; el establecimiento de redes regionales e internacionales. Ahora bien, más allá del modo en que la i18n esté ocurriendo en nuestro entorno, puede convertirse, por las características mencionadas, en un proceso dificultoso para su comprensión y manejo, ya que cuenta con la posibilidad de múltiples abordajes, donde en secuencia con lo anterior, se tienen dos aproximaciones elementales: la tendencia competitiva, que apuesta por una i18n Abroad (fuera de casa); y una i18n at Home (en casa). Atendiendo a esta última, se piensa en procesos a nivel del campus universitario que involucran a: los estudiantes, el contexto internacional de educación, los cambios de gestión institucional, las TICs, la enseñanza, el ambiente áulico, el desarrollo y la transformación del currículo.

En armonía con la tendencia descrita, el expositor hizo hincapié en una frase del pensador Maurice Harari, que en su obra Internationalization of Higher Education del año 1989 afirma: “El corazón de la internacionalización de una institución de educación superior es, y seguirá siendo siempre, su currículo”. Precisamente, es este espacio de hondo significado educativo, el lugar donde se mide la i18n de cualquier institución de educación superior, ya que por su naturaleza, es el locus por excelencia para anidar las intencionalidades educativas del contexto en el cual toca hacer educación, ya sea de modo práctico o teórico.

¿Cuál es la gran ventaja del modelo i18n at Home? No es difícil deducirlo: permite que los estudiantes puedan recibir una educación de nivel internacional sin tener que ausentarse del propio país, del propio contexto real en el cual deberían de ser capaces de aplicar el conocimiento adquirido. Ahora bien, y he aquí el desafío anunciado desde el título de este escrito, las universidades deben ser capaces de integrar oportunamente la dimensión internacional, intercultural y global en los planes de estudio (o sea, en el propio currículo). Así, dichos planes serán las vías para lograr una educación pertinente y relevante, logrando que los estudiantes locales se preparen para vivir y trabajar profesionalmente en un contexto y organizaciones donde lo local interacciona con lo global. En pocas palabras, se propone que la i18n sea un principio de transformación curricular obligante para toda institución de educación superior que quiera llevar tal nombre.

Pero, atención, la i18n no es entonces un dogma educativo o una directiva impuesta, o una “buena práctica” que prestigia a quien la ejecuta. Más bien es un reclamo contextual global que exige una respuesta creativa desde la propia situación local. Por tanto, se le define como un constructo en desarrollo, una especie de sistema adaptable a las condiciones de cada carrera o institución.

Para terminar, y sin desarrollar a fondo los modos o procedimientos que implica aplicar la i18n a una institución de educación superior, tema que daría lugar a otro artículo completo, deseo a modo de conclusión práctica, referir el ejemplo del TEC de Costa Rica, que siendo una de las cinco universidades públicas de este hermano país, hizo una opción clara por la i18n al conformar en el año de 1993 un equipo de trabajo nombrado como CEDA (Centro de Desarrollo Académico), que a través de una rigurosa labor de investigación educativa, ha creado instrumentos validados para medir el grado de i18n en sus propios planes de estudio, y ha establecido procesos de desarrollo y mejora curricular admirables. Gracias a su sólida labor, ha producido materiales de reflexión sobre el fenómeno de la i18n, y con su divulgación, tenemos un referente en el área que nos permite decir que el camino de una i18n seria y consecuente ya se ha iniciado en Centroamérica. Toca ahora ver si nuestras universidades asumirán el reto e invertirán los recursos necesarios para que este proceso dé inicio donde aún no se haya formalizado, y se consolide, de acuerdo con la visión de futuro compartido que requerimos aunar.

Para quien quisiera seguir recabando datos de la i18n los enlaces siguientes son sugerentes:

https://www.tec.ac.cr/unidades/centro-desarrollo-academico-ceda

PRESENTACIÓN

La globalización es portadora de desafíos variados en las distintas esferas del quehacer humano.  No podía ser menos cuando se trata de una actividad tan importante como es la educación superior.  En el artículo que presentamos, escrito por José Manuel Fajardo Salinas, se explica la problemática actual de la Universidad frente a los cambios contemporáneos.

El intelectual de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras se refiere a la experiencia i18n, destacando su importancia y el valor que puede tener para los centros de educación superior la asunción de sus postulados.  Para ello, aprovecha las ideas del académico ruso Andrei Fëdorov y su trayectoria en el TEC de Costa Rica.

En palabras de Fajardo Salinas “…las universidades deben ser capaces de integrar oportunamente la dimensión internacional, intercultural y global en los planes de estudio (o sea, en el propio currículo). Así, dichos planes serán las vías para lograr una educación pertinente y relevante, logrando que los estudiantes locales se preparen para vivir y trabajar profesionalmente en un contexto y organizaciones donde lo local interacciona con lo global. En pocas palabras, se propone que la i18n sea un principio de transformación curricular obligante para toda institución de educación superior que quiera llevar tal nombre”.

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