Desde hace algunos meses, el número de vuelos con guatemaltecos retornados desde Estados Unidos pasó de 8 a más de 12 a la semana.
Sin embargo, la dinámica para recibirlos no ha cambiado, algunos son acogidos por sus familiares y otros deben llegar a sus comunidades por su cuenta, mientras el gobierno de Guatemala recién firmó un acuerdo de Tercer País Seguro con Estados Unidos, los connacionales siguen llegando en las mismas condiciones para enfrentarse a un panorama incierto y sin oportunidades.
De enero a finales de julio, el Instituto Guatemalteco Migración (IGM), contabiliza más de 33 mil personas que han regresado al país desde Estados Unidos, mientras que desde México han sido 30 mil los retornados.
Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt
Las personas que llegaron este miércoles cuando La Hora Voz del Migrante acudió a la Fuerza Área, son originarios de varios departamentos del país y como no tienen información sobre sus familias, solo esperan a que la puerta se abra para enfrentarse de nuevo a la realidad. Algunos muestran su preocupación, porque llegan desde lejos y muy temprano; el trámite dentro de las instalaciones tarda más de lo que parecería.
Desde Santa Ana Huista Huehuetenango, Juan Méndez se apersono para recibir a un amigo que le pidió apoyo, viajó de madrugada hacia la capital y esperó cuatro horas por su amigo que, aunque llegó a Estados Unidos, no logró quedarse y trabajar en ese país como otros guatemaltecos lo han logrado.
Méndez, como otras personas que esperan por sus familiares, cuestiona la decisión del Gobierno de suscribir un acuerdo de País Seguro, porque asegura que en las comunidades de donde son originarios la pobreza y desnutrición no se pueden cambiar de un día a otro.
“Uno se va por todo lo que está pasando en nuestro país, la pobreza, desnutrición crónica y todo eso, uno no es capaz de salir de adelante”,
Dijo Juan Méndez respecto a si Guatemala puede considerarse un país seguro.
“GUATEMALA, SEGURO SABER DE QUÉ”
Dos adultos mayores provenientes de Chichicastenango Quiché relataron que esperaban a su nieto, un joven de 18 años que migró cuando tenía 16 y afirmaron que solo quería salir adelante y estudiar, pero ahora que fue deportado creen que la única salida para él puede ser el trabajo en el campo.
Tampoco avalaron la decisión del Gobierno de Jimmy Morales de firmar un Acuerdo de Tercer País Seguro y más bien criticaron que los migrantes que envían remesas, sean recibidos en condiciones tan limitadas.
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“El presidente va a dar permiso a los hondureños, salvadoreños de Nicaragua para vivir aquí, pero es mucho, aquí no hay trabajo, hay muchos pobres, niños desnutridos, solo Dios sabe que va a pasar… Guatemala seguro saber de qué (se ríe)”, dijo.
Dos horas más tarde de lo que el IGM informó que llegaría el vuelo, la puerta se abre y los guatemaltecos salen, un grupo de hombres y mujeres les ofrecen cambio de moneda.
Todos se muestran desorientados algunos son recibidos con un abrazo y otros como Oscar uno de los deportados, que es originario de Cobán, esperan alguna ayuda para tomar un bus, solo lleva un costal con sus pertenencias y recuerda al ser consultado que ni siquiera pudo entrar a EE. UU., “solo quería trabajar”, dijo con la mirada perdida, para luego afirmar que aquí tendrá que trabajar como agricultor, el trabajo del que huyo.