Por Grecia Ortíz
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Desde hace varios años, el salvadoreño Carlos Henríquez migró a Estados Unidos y se estableció al tratar de escapar de diferentes situaciones que lo llevaron a buscar un mejor futuro en otro lugar. Ahora lejos de su patria, se ha destacado e involucrado en movimientos migrantes que trabajan a favor de El Salvador.
Carlos relata a La Hora Voz del Migrante que en su caso fue la situación política de El Salvador la que lo llevo a dejar su país en 1982. Estudiaba y pensaba salir adelante ahí, pero no pudo.
“Hubo un punto en el que mi mamá me dijo mira mejor vete para Estados Unidos y así fue como se hizo mi viaje porque ya no podía estudiar”, afirma.
Aunque ahora vive en Washington DC., el primer lugar al que llegó fue Houston, Texas para vivir junto a sus hermanos que ya estaban ahí.
Con los años solucionó su situación migratoria y eso le dio más tranquilidad a él y su familia.
Aunque la mayor parte de su vida ha estado en Estados Unidos, Carlos no descarta que en futuro tal vez vuelva a establecerse en El Salvador.
“He pensado que en mi retiro me puedo regresar a mi país, esperemos que la situación allá haya cambiado, ahora se ve más controlado, pero veremos más adelante”, añade.
HA DESEMPEÑADO VARIAS LABORES
El primer trabajo del salvadoreño en Estados Unidos fue en un restaurante, luego estuvo en el área de construcción y después en una empresa que trabaja en transporte pesado.
Carlos cuenta que tiene dos hijos, de quienes se siente orgulloso.
El salvadoreño cuenta que se interesó en participar en actividades de la comunidad migrante, por ello, se mudó de Houston a Washington DC., en 1987, años después empezó a trabajar en su espíritu de solidaridad y se motivó a participar en movimientos de migrantes.
Cuando se necesita ayuda se moviliza junto a otros migrantes para buscar apoyo de manera organizada, recolectan recursos y preparan alimentos para quienes atraviesen situaciones complejas.
El entrevistado menciona que busca involucrarse cada vez más con otros migrantes, porque el deseo es llevar ayuda a quienes lo necesitan.
VIAJA CON FRECUENCIA A SU PAÍS DE ORIGEN
A la vez, menciona que han logrado impulsar uno de los mejores laboratorios con el apoyo del Comité de Uluazapa, que a su vez aporta en la vida de pobladores del lugar.
Carlos viaja con frecuencia a El Salvador y lo hace cada dos años, menciona. Con los años cuenta que ha conocido a muchas personas originarias de ese país, así que los lazos siempre se mantienen.
En su país vive su mamá de 95 años a quien apoya siempre.
Una de las cosas que extraña y que coincide con otros entrevistados, es el clima, además, de la gente y sus costumbres.
Su mensaje a la comunidad salvadoreña en estos momentos es para que tengan paciencia de los tiempos que se viven, que se cuiden y de ese modo estén bien de salud.