Por SAM McNEIL
BEIJING
Agencia (AP)
Tras el exitoso retorno de una cápsula con piedras de la Luna, China se prepara para futuras misiones espaciales, con el posible establecimiento de una base en la Luna para exploradores humanos en el horizonte.
Un vocero del programa espacial chino dijo que hay tres misiones lunares pautadas y programas para traer muestras de Marte y explorar el planeta Júpiter y asteroides.
«La exploración de las verdades del universo está apenas comenzando», expresó Wu Yanhua, subdirector del Programa de Exploración Lunar Chino, durante una conferencia de prensa llevada a cabo tras el retorno de la cápsula Chang’e 5 con las primeras muestras lunares traídas a Tierra en más de 40 años.
El programa, que lleva el nombre de la diosa china de la Luna, ha hecho tres alunizajes, incluido uno en al lado menos explorado. Chang’e 6, programado para el 2023, traerá más muestras del polo sur de la Luna y sus dos sucesores harán estudios detallados y probarán tecnologías necesarias para la construcción de una base científica en la Luna.
No hay fechas todavía para las misiones Chang’e 7 y 8, ni se ha designado una tripulación para el viaje a la Luna que China dice estar preparando. Tampoco para la construcción de una base lunar.
«China está dispuesta a seguir contribuyendo al mundo y mejorando el bienestar de los humanos con soluciones espaciales chinas», manifestó Wu.
La cápsula del Chang’e 5 y sus muestras fueron trasladados al centro del programa espacial chino tras tocar tierra a las dos de la mañana del jueves.
Por primera vez, China recogió muestras de la Luna, lanzó un vehículo desde la superficie lunar y lo acopló con una nave para transferir las muestras recogidas, señaló la Administración Nacional del Espacio China en un comunicado.
«La misión espacial más compleja e innovadora de nuestra nación consiguió varios hitos tecnológicos y representa un logro importantísimo», manifestó.
En el 2003 China pasó a ser apenas el tercer país que coloca un astronauta en órbita por su cuenta, algo que solo Estados Unidos y la Unión Soviética habían hecho, y su programa espacial avanza a paso firme, con mucha cautela, evitando los fiascos que sufrieron estadounidenses y rusos en su carrea espacial en los años 60.
Wu dijo que la última misión incluyó colaboraciones con la Agencia Espacial Europea, Argentina, Namibia, Pakistán y otras naciones con las que los chinos cooperan.
Un país con el que no hay cooperación es Estados Unidos, cuyas leyes prohíben toda cooperación que no tenga el visto bueno del Congreso. Esto impide a China participar en la Estación Espacial Internacional y la empujó a lanzar una estación espacial experimental propia, ya abandonada, y a planificar el lanzamiento de un puesto espacial permanente en los próximos dos años.
Dos de los cuatro módulos del Chang’e 5 se posaron en la Luna el 1ro de diciembre y recogieron 2 kilos (4,4 libras) de muestras de la superficie lunar y de una excavación de dos metros (unos seis pies) que hizo un taladro. Las muestras fueron depositadas en un contenedor sellado y llevadas al módulo.
Se cree que las piedras recogidas en esta nueva misión son miles de millones de años más recientes que las obtenidas en el pasado por Estados Unidos y la Unión Soviética, ofreciendo nueva información de la historia de la Luna y otros cuerpos del sistema solar. Provienen de una parte de la Luna llamada Oceanus Procellarum, u Océano de Tormentas, cerca de lo que podría ser un viejo volcán.
Científicos chinos analizarán la edad y la composición de las piedras e informarán sus conclusiones al mundo.
El estudio de estas piedras podría ayudar a determinar si la Luna tiene recursos que los humanos pueden aprovechar, como hidrógeno y oxígeno concentrados, según Brad Jolliff, director del Centro McDonnel para las Ciencias Espaciales de la Universidad de Washington con sede en San Luis.
«Estas muestras son un tesoro», escribió Jolliff. «Me saco el sombrero ante nuestros colegas chinos por haber podido completar esta difícil misión».
Agregó que los conocimientos que generará el estudio de estas muestras «serán un legado que durará muchos, muchos años y que ojalá involucre a la comunidad científica internacional».