Demian Bichir, izquierda, y Sasha González en una escena de "Danyka" una película de Michael Rowe. Foto la hora: Videocine via AP)

Por BERENICE BAUTISTA
CIUDAD DE MÉXICO
Agencia (AP)

«Danyka», la nueva cinta del director australiano-mexicano Michael Rowe, es peculiar en muchos sentidos.

Por un lado se filmó en 35 milímetros con latas de película que el director guardó cuidadosamente por una década tras ganarlas en Cannes al obtener la Cámara de Oro con su ópera prima «Año bisiesto». Por el otro, presenta la atracción casi irresistible entre un escritor de mediana edad, interpretado por Demian Bichir, y una adolescente interesada en la literatura a la que conoce en una playa solitaria.

La idea de «Danyka», como también se llama la joven protagonista, la comenzó a trabajar por lo menos desde hace cinco años cuando, en una entrevista con The Associated Press en el Festival Internacional de Cine de Morelia, mencionó que quería realizar un par de películas «que exploren la sexualidad femenina».

«Creo que es perjudicial para el arte limitarte de temas. Nada más porque uno se tape los ojos y no hable no desaparecen», dijo Rowe a la AP en una videollamada reciente en la Ciudad de México a propósito del estreno del jueves en cines mexicanos.

Su primer impulso era retratar este tipo de atracción entre un hombre mayor y una chica de 16 años, pero luego pensó hacer una historia de un joven con una mujer madura, algo parecido a su propia experiencia.

Pronto se dio cuenta de que lo estaba haciendo bajo la impresión de que «sería más aceptable» y decidió no autocensurarse: retomó su primer planteamiento.

Su historia se suma a la narrativa planteada en «Lolita» o «American Beauty» («Belleza americana»), pero en una época como la actual, tras el surgimiento del movimiento #MeToo. «Es un campo minado», dice el director.

Su Danyka, interpretada por la debutante Sasha González, es también una chica de la actualidad. Está preocupada por el cambio climático que ve reflejado en la playa, se aburre con las clases de su escuela que no le aportan mucho y es campeona de kitesurf. Es adolescente, pero lo primero que hace es tomarse una cerveza.

«Tengo una hija de 14 (años) y ella está muy clavada con el medio ambiente, con la equidad de género», dijo Rowe. «Yo a los 14 años estaba hecho un idiota, no salía de mis libros de misterio. Sí siento que las generaciones más jóvenes están tomando más responsabilidad a una edad más temprana porque ven que los adultos no la están tomando, se están haciendo cargo y me da mucha esperanza».
Lo primero que hace que Danyka ponga su atención en Armando (Bichir) es la literatura. Es una gran lectora y le gustaría escribir sus propios cuentos.

No es la primera vez que Bichir interpreta a un escritor en su carrera, pero en este caso le pareció especial por tratarse de un autor de novelas históricas.

La película fue filmada en la playa de Altata, en el norteño estado de Sinaloa, días después del «jueves negro» de 2019, cuando hubo enfrentamientos entre delincuentes y autoridades locales que intentaron arrestar al hijo de «El Chapo» Guzmán. A pesar de esa realidad que se vive en el estado, la experiencia para el equipo de rodaje fue muy grata.

«Esta película no se hubiera logrado si no decidimos hacerla en Altata, Sinaloa. No sólo es el lugar ideal como locación por lo que plantea Michael en su guion, sino que la gente nos ayudó a hacer la película, literalmente se hizo gracias a ella», dijo Bichir desde Altata.

Se realizó en dos semanas entre un rodaje y otro de Bichir. Rowe no quiso perder la oportunidad de trabajar con el actor nominado al Oscar, pues había escrito el papel pensando en él. De hecho, el nombre original del personaje era Demian en el guion. Y para el actor fue un «regalo formidable» filmar en 35 milímetros con Rowe.

Bichir ve con optimismo cómo han cambiado las relaciones entre hombres mayores y adolescentes, que eran muy comunes en generaciones pasadas.

«Todos somos responsables de las decisiones que tomamos… y hay mucha gente que no hace caso. No sólo no hace caso, sino que se queda y convierte las cosas en momentos terribles», agregó sobre las tentaciones de cometer abusos y la decisión personal de frenarse.

En «Danyka» esa amenaza latente transcurre en un solo día frente al hermoso paisaje de la costa, que en la pandemia es un lugar con el que muchos sólo pueden soñar.

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