Investigadores han sugerido que los ácidos grasos omega-3, presentes en el pescado, pueden ayudar a prevenir complicaciones de los implantes mamarios. FOTO LA HORA: EUROPA PRESS/ DPA.

MADRID
Agencia dpa / (Europa Press) –

Un estudio llevado a cabo en animales por investigadores estadounidenses, y que ha sido publicado en la revista “Plastic and Reconstructive Surgery”, ha sugerido que los ácidos grasos omega-3, presentes en el pescado, pueden ayudar a prevenir complicaciones de los implantes mamarios.

Y es que, los ratones alimentados con ácidos grasos omega-3 redujeron la formación de cápsulas alrededor de los implantes, probablemente debido a la reducción de los depósitos de colágeno. «Creemos que el suplemento de omega-3 es un método simple y prometedor que podría usarse para prevenir, o al menos reducir, la contractura capsular después de la cirugía de implante de silicona», han dicho los investigadores.

Cuando se implanta cualquier tejido extraño, el cuerpo desarrolla naturalmente tejido conectivo a su alrededor, si bien en la contractura capsular el tejido se endurece en un caparazón que se vuelve más grueso y firme con el tiempo, lo que produce inflamación, dolor y, a veces, dislocación o deformación del implante. De hecho, se suele necesitar repetir la cirugía para extraer la cápsula y reemplazar el implante.

En concreto, los investigadores diseñaron el estudio para ver si la suplementación con ácidos grasos omega-3 afectaba a la formación de cápsulas alrededor de los implantes en animales. Para ello, colocaron quirúrgicamente pequeños implantes de silicona debajo de la piel de ratones anestesiados.

Un grupo de animales fue alimentado regularmente con un suplemento de ácidos grasos omega-3, mientras que un grupo de control recibió agua. Después de varias semanas, se comparó la formación de cápsulas alrededor de los implantes entre los grupos, observando que, en el grupo que recibió suplementos de omega-3, los implantes eran más delgados y más transparentes que en el grupo de comparación.

Además, las cápsulas de los animales suplementados con omega-3 mostraron una expresión reducida del factor de crecimiento transformante (TGF) beta-2, una proteína activadora de células (citocina) que promueve la inflamación.

Artículo anteriorFumar durante el primer trimestre del embarazo también pone en riesgo al bebé
Artículo siguientePrimera imagen de la posible miniluna que orbita la Tierra