Por RICARDO ALONSO-ZALDÍVAR
WASHINGTON
Agencia (AP)
Alarmado por el nuevo giro en la crisis asociada con las adicciones, el gobierno estadounidense permitirá que los estados utilicen dinero asignado a la lucha contra los opioides para tratar a personas adictas a la cocaína y metanfetaminas.
La novedad, poco publicitada, figura en un proyecto de presupuesto aprobado por el Congreso a fines del año pasado. Presionados por sus votantes y por los gobiernos estatales, los legisladores de ambos partidos y el gobierno de Donald Trump acordaron ampliar el alcance de un programa de 1 mil 500 millones de dólares enfocado inicialmente solo en la crisis de los opioides. Ahora los estados podrán usar ese dinero también para combatir la adicción a «estimulantes», el término que usa el gobierno para aludir a las metanfetaminas y la cocaína.
«Las metanfetaminas y la cocaína están volviendo y son más potentes que durante la última ola» de consumo, dijo Mark Stringer, director del Departamento de Salud Mental de Missouri y quien supervisa los esfuerzos por prevenir las adicciones, ofrecer tratamiento a los adictos y apoyar su recuperación.
Unas 68.000 personas fallecieron por sobredosis de drogas en Estados Unidos en el 2018. Dos tercios de esas muertes aproximadamente involucraron opioides. Los opioides son un tipo de drogas que incluye el fentanilo, la heroína, ciertos analgésicos recetados y varias combinaciones de sustancias químicas de venta callejera. Pero las estadísticas a nivel nacional ignoran grandes diferencias en las drogas más mortíferas.
En la mayoría de los estados al oeste del de Misisipi, las metanfetaminas son las principales causantes de muertes, según información del 2017. El fentanilo, un opioide extremadamente peligroso, es el principal flagelo en el este y el centro del país. La cocaína está tercera en todo el país en las listas de drogas más mortíferas.
La senadora demócrata Jeanne Shaheen dice que el fenómeno de las muertes por sobredosis está cambiando.
En los últimos tiempos, expresó, «se percibe un impacto mucho más grande de las metanfetaminas y la cocaína, sustancias que no se pueden combatir por la forma en que está redactada la ley». Aludía a restricciones que hacen que el programa federal se enfoque más que nada en los opioides.
En su condición de integrante de la comisión de asignaciones presupuestarias del Senado, que redacta los proyectos de gastos, Shaheen dijo que trabajó con líderes tanto republicanos como demócratas para incorporar la palabra «estimulantes», no solo opioides, al proyecto de gastos para el 2020.
El «zar» de la lucha contra las drogas de la Casa Blanca James W. Carroll dijo que el gobierno también escuchaba los pedidos de flexibilidad y apoyó el cambio.
«Sé que se usa mucho la expresión ‘crisis de los opioides’, pero esa no es mi forma preferida de describir la batalla que estamos librando», manifestó Carroll. «Diría que lo que enfrentamos es una crisis de adicciones».
Los legisladores no quieren ser sorprendidos con la guardia baja si estalla otra crisis de drogas en un año electoral y la semana pasada la comisión de energía y comercio de la Cámara Baja envió a organismos federales una carta pidiendo información detallada sobre los patrones de consumo de cocaína y metanfetaminas.
«Nos preocupa el que mientras la nación, acertadamente, presta tanta atención y recursos a la epidemia de opioides, otra epidemia, que involucra la cocaína y metanfetaminas, va en aumento», dice la carta.
Las metanfetaminas, otrora producidas en laboratorios improvisados de Estados Unidos, ahora provienen de México, donde son fabricadas por los carteles de las drogas. Los precios han bajado mientras que su pureza aumenta.
La popularidad de la cocaína responde a que hay abundante oferta en vista de que se cultiva cada vez más en Colombia. La cocaína puede venir mezclada con fentanilo, lo que contribuye a hacerla más letal. Igual que con las metanfetaminas, las estadísticas del gobierno revelan que los precios de la cocaína están bajando mientras que su pureza aumenta.
El tratamiento de la adicción a las metanfetaminas o la cocaína es distinto al de la dependencia de opioides. Hay medicinas para combatir la adicción a los opioides, pero no para la cocaína y las metanfetaminas.
Esos tratamientos se basan en sesiones de terapia y en brindar apoyo para que la gente puede superar sus adicciones. Los fondos federales serían usados para ofrecer tratamientos.