MADRID
Agencia dpa / (Europa Press) –
Análisis de un lingote excavado en Ciudad de México en 1981 acreditan que pertenece al oro fundido por Hernán Cortés, perdido en los canales de Tenochtitlan en su huida de la capital azteca en 1520.
Un equipo liderado por el doctor Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor (PTM), iniciativa arqueológica del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, sometió al ‘tejo de oro’ a técnicas de Fluorescencia de Rayos X (XRF), una probada técnica multielemental de alta sensibilidad, no destructiva, no invasiva y sumamente rápida. Estas revelaron que el origen del metal fundido correspondía en su composición con los de piezas de tesoros aztecas.
«En fechas recientes realizamos 23 lecturas de XRF en regiones distintas de esta pieza y, como consecuencia, descubrimos que era muy homogénea químicamente: tenía una composición promedio de 76.2 +/- 1% de oro, 20.8 +/- 1% de plata y 3.0 +/- 0.5% de cobre. Si se comparan estos valores con los consignados en la gráfica de zonas geográficas mesoamericanas de uso, nos percataremos que el lingote se sitúa dentro del grupo de piezas recuperadas por el Proyecto Templo Mayor.
«Más interesante aún es que se localiza perfectamente en la región ocupada por nuestras piezas más tardías, las de la etapa VI (1486-1502 dC), y particularmente por las halladas en torno al monolito de la diosa Tlaltecuhtli, como es el caso de las ofrendas 122, 123,125 y 149. Lo anterior es significativo, pues el lingote habría sido fundido entre 1519 y 1520 dC», detalla en un comunicado.
El lingote, de 1,930 kilos, fue descubierto a mediados de 1981, durante unas obras de construcción de edificios, a casi cinco metros de profundidad. La ubicación concuerda con el camino seguido por Cortés y sus hombres en la «Noche triste»: el canal de Toltecaacaloco, quedando sepultado en su lecho durante siglos como resultado de la refriega.
El lingote coincide con la descripción que Bernal Díaz del Castillo hizo de los «tejos de oro» que se obtuvieron de la fundición del «Tesoro de los antepasados de Moctezuma». Bernal refiere que los tejos medían tres dedos de ancho, equivalente a 5,4 centímetros, lo que mide el lingote hallado en 1981.
Otras de las conclusiones a las que se ha llegado en torno al «tejo de oro», es que fue elaborado entre noviembre de 1519 y junio de 1520, por los «plateros» de Moctezuma que residían en Azcapotzalco, bajo la supervisión y los estándares de los conquistadores españoles. Se confeccionó fundiendo un conjunto de joyas e insignias de orfebrería mexicana, a una temperatura de 950 grados.