Las autoridades estadounidenses buscan establecer una nueva línea telefónica para ayudar a quienes se sientan mal y necesitan ayuda en la prevención de suicidios. FOTO LA HORA: JENNY KANE/AP.

POR MAE ANDERSON
NUEVA YORK
Agencia (AP)

Las autoridades estadounidenses establecerán un número telefónico de tres dígitos para quienes necesiten ayuda para prevenir un suicidio, a fin de facilitar la prestación de asistencia y reducir el estigma asociado con los que tienen problemas mentales.

De ahora en adelante la gente podrá marcar simplemente 988, en vez de 800-273-TALK (8255), de tal manera que será más rápido llamar, igual que por ejemplo el 911 para emergencias o el 311 para servicios municipales. El solicitante será comunicado con unos 163 centros de operadores, que el año pasado en total recibieron 2.2 millones de llamadas.

Una ley aprobada el año pasado le pidió a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) estudiar la posibilidad de crear un número de tres dígitos para la prevención de suicidios. La FCC dijo en un reporte que halló apoyo abrumador hacia la creación de ese nuevo número ya que facilitará el acceso la ayuda psicológica para quienes la necesiten.

La votación dará inicio a un proceso que durará meses y que terminará en la creación de la nueva línea telefónica. El próximo paso es un período de comentarios, y de allí la FCC decidirá sobre si emitir una orden al respecto.

La medida ocurre en momentos en que las tasas de suicidio están aumentando en todo Estados Unidos, y en la mitad de los estados han aumentado en más del 30% las últimas dos décadas, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. Hubo 45 mil suicidios en el 2016. El reporte señala que entre 1999 y el 2016, aumentó la tasa de suicidios en todos los estados menos en Nevada. El informe registra también que las tasas de suicidios son más altas en las comunidades vulnerables, como los veteranos de guerra y la comunidad LGBTQ.
El nuevo número podría llevar a un aumento en la cantidad de llamadas realizadas, que a su vez redundaría en mayores gastos para los ya atribulados centros asistenciales. Si el número de llamadas llega a duplicarse, los centros asistenciales necesitarán unos 50 millones de dólares adicionales, calcula la FCC.

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