Por MARCIA DUNN
CABO CAÑAVERAL, Florida, EE.UU.
Agencia (AP)
Dos astronautas salieron hoy de la Estación Espacial Internacional para reparar un detector de rayos cósmicos, un artefacto que cuesta 2 mil millones de dólares.
Luca Parmitano y Andrew Morgan tuvieron que cortar ocho tubos de acero inoxidable usando cizallas como las que se compran en las ferreterías. Con ello prepararon el terreno para instalar nuevas bombas de enfriamiento en una nueva caminata espacial el 2 de diciembre.
La NASA compara el trabajo con la cirugía de bypass cardíaco. Se requieren al menos cuatro caminatas espaciales para reparar el espectrómetro, que desde hace ocho años y medio busca la esquiva materia oscura y la antimateria. Sin el nuevo sistema de enfriamiento, fracasará el experimento, dirigido por un premio Nobel.
La NASA considera que son las caminatas más complicadas desde las misiones que repararon el telescopio espacial Hubble hace varias décadas. El espectrómetro no estaba diseñado para utilizarse en órbita.
Parmitano dejó escapar una cremallera al espacio cuando forcejeaba con los cables eléctricos enterrados en el espectrómetro. El control de la misión le dijo que no se preocupara.
El italiano y el estadounidense iniciaron el trabajo en una caminata la semana pasada. El entrenamiento para la misión tomó varios años.
El espectrómetro de 6,8 toneladas viajó a la estación espacial en el último vuelo del transbordador Endeavour, en 2011. Las reparaciones, de ser efectivas, mantendrán el artefacto en funcionamiento durante el resto de la vida de la estación, entre cinco y 10 años.