Por LINDSEY TANNER
Agencia AP
Nuevas investigaciones indican que muchos adultos tienen ideas erróneas sobre la posibilidad de contraer demencia senil y hacen cosas inútiles para prevenirla. Un estudio en Estados Unidos indica que casi la mitad cree que probablemente contraerá demencia, pero pocos comprenden la relación entre la salud física y la salud mental. Tampoco comprenden cómo las diferencias raciales afectan el riesgo de contraer el deterioro mental durante la vejez.
Mucha gente que cree que tiene una salud mediocre o mala piensa que tiene pocas probabilidades de contraer demencia senil. Por el contrario, muchos que creen gozar de excelente salud suponen que tienen una alta probabilidad de contraer este mal que afecta las facultades mentales.
Muchos dijeron haber ensayado al menos cuatro métodos no comprobados para proteger la memoria, como consumir aceite de pescado, gingko biloba u otros suplementos. La estrategia más popular es resolver crucigramas. Se cree que el estímulo mental es útil, pero siempre que se trate de actividades más difíciles que los crucigramas: jugar al ajedrez, tomar una clase o leer sobre temas que se desconocen, dijo Keith Fargo, supervisor de programas de investigación y difusión de la Asociación Alzheimer. Fargo no participó del estudio.
La investigación indica que la probabilidad de contraer demencia senil disminuye con el ejercicio habitual, una buena dieta, limitar el consumo de alcohol y no fumar. No se ha demostrado la eficacia de los suplementos.
El estudio, publicado en línea el viernes en JAMA Neurology, se basa en una encuesta de 1.000 adultos de 50 a 64 años
Se pidió a los encuestados que evaluaran la probabilidad de contraer demencia senil y si habían hablado sobre la prevención con su médico. Pocos respondieron afirmativamente a esta última pregunta a pesar de su propia estimación del riesgo.
Esto es preocupante, porque los médicos pueden ayudar a la gente a manejar condiciones como hipertensión y diabetes, a las que se ha vinculado con el riesgo de demencia senil.
Entre quienes dijeron que su salud era mediocre o mala, el 40% cree que el riesgo de contraer alzhéimer u otra demencia senil es bajo. Casi la misma proporción dijeron que el riesgo era probable, aunque dijeron gozar de buena o excelente salud.
Más blancos que negros o hispanos en la encuesta sostuvieron que la probabilidad de contraer demencia senil era alta y casi dos tercios de los negros dijeron que era baja. La encuesta incluyó apenas 93 negros, lo que dificulta la generalización, pero en Estados Unidos, el riesgo de demencia senil entre las minorías es más alto que entre los blancos y la asociación tiene programas especiales para las comunidades negra e hispana.
Uno de cada tres ancianos muere con alzhéimer u otras demencias, según la asociación. Si bien no existen medicamentos o tratamientos preventivos comprobados, estudios rigurosos en Europa han revelado que una vida sana puede ayudar a prevenir la decadencia mental. La Asociación Alzheimer patrocina estudios similares en Estados Unidos.
El estudio utilizó datos de la Encuesta Nacional sobre Envejecimiento Sano de la Universidad de Michigan. Los adultos fueron encuestados en línea en octubre de 2018. Fue financiado por la organización AARP, el sistema de salud de la Universidad de Michigan y subsidios del gobierno estadounidense.