Pérdida de hielo en la Antártida. Foto la hora: PIERRE DUTRIEUX / Europa Press/dpa.

MADRID
Agencia dpa / (Europa Press) –

Los científicos han hecho un nuevo descubrimiento que desafía la comprensión previa de la relación entre el Océano Austral polar, próximo a la Antártida, y los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera.

Sus hallazgos muestran que, contrariamente a los supuestos existentes, los procesos biológicos en el mar son los factores más importantes que determinan cómo el océano absorbe el dióxido de carbono publican esta semana en la revista Science Advances.

El dióxido de carbono se absorbe en la superficie del océano y se almacena en las profundidades del mar durante un período de 100 a 1,000 años.

El Océano Austral desempeña un papel fundamental en la forma en que este dióxido de carbono se elimina de la atmósfera y saber cómo funciona ayuda a los científicos a comprender las transiciones climáticas dramáticas en el pasado, como las glaciaciones, y a predecir mejor el cambio climático futuro.

Se cree comúnmente que la transformación del agua de ligera a densa, causada por el enfriamiento en la superficie del océano, es crucial para determinar si el carbono se libera a la atmósfera o queda atrapado en el océano profundo.

Como resultado, la investigación actual a menudo se centra en los mares poco profundos justo al lado del continente antártico, donde tiene lugar la mayor parte de esta transformación.

El equipo, liderado por la Universidad de Southampton con British Antarctic Survey y la Universidad de East Anglia, en Reino Unido, y el Instituto Alfred Wegener, en Alemania, estudió la circulación oceánica y la concentración de carbono del Weddell Gyre, una región de importancia crítica para la eliminación de carbono de la atmósfera al este de la península antártica.

Estudiaron los datos recopilados como parte del proyecto ANDREX (Tasas de exportación de aguas profundas antárticas, por sus siglas en inglés) que midió las propiedades físicas, biológicas y químicas del agua de las aguas en el giro entre 2008 y 2010.

Al estudiar estos datos, el equipo demostró que el factor dominante que impulsa la absorción de carbono de la atmósfera al océano no está relacionado con la formación de agua densa en los mares poco profundos inmediatamente al lado de la Antártida, sino más bien con los procesos biológicos más alejados del mar.

A medida que el fitoplancton en el centro del giro crece y luego se hunde, eliminan el carbono de la superficie del océano, causando una absorción de dióxido de carbono de la atmósfera, un proceso conocido como la ‘bomba de carbono biológica’.

Los datos considerados en este estudio mostraron inequívocamente que, en el giro de Weddell, este es el proceso dominante que permite la absorción de dióxido de carbono de la atmósfera y su extracción al océano profundo.

Graeme MacGilchrist, quien dirigió el estudio para la Universidad de Southampton, señala que «los resultados tienen implicaciones para nuestra comprensión de cómo el Océano Austral de alta latitud, cerca del continente antártico, influye en el carbono atmosférico y el clima global en escalas temporales de 100 a 1000 años.

Esto es importante tanto para nuestra comprensión de las transiciones climáticas en el pasado, como las edades de hielo, así como nuestras proyecciones del cambio climático futuro».

Asimismo, señala que esperan que ayude a cambiar el enfoque de la investigación futura «hacia los procesos críticos que tienen lugar en los giros antárticos».

Por su parte, Michael Meredith, de, British Antarctic Survey, añade que «el Océano Austral es una región de gran importancia para la extracción de dióxido de carbono de la atmósfera, con grandes impactos en el clima global.

Este estudio revoca una creencia común relacionada con cómo funciona esto y enfatiza la necesidad de realizar estudios biológicos y físicos en las regiones de mar abierto a cierta distancia del continente antártico.

Esta será una prioridad clave en el futuro, a fin de mejorar nuestra capacidad de predecir de manera confiable los climas futuros», concluye.

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