Huracán en el Golfo de México. Foto la hora: NOAA NATIONAL ENVIRONMENTAL SATE / Europa Press/Dpa.

MADRID
Agencia dpa / (Europa Press) –

Expertos norteamericanos defienden la retirada estratégica y gestionada de las comunidades vulnerables frente al cambio climático, concretamente por las subidas del nivel del mar en llanuras costeras.

Estos científicos se muestran conscientes de que el abandono de sus territorios y su reubicación en respuesta a los peligros naturales y los impactos climático sigue siendo muy controvertida, y lograr que las personas y los gobiernos lo planifiquen es una batalla complicada en varios frentes.

En un artículo que publica la revista Science, los investigadores AR Siders, de la Universidad de Harvard; Miyuki Hino, de la Universidad de Stanford, y Katharine Mach, de la Universidad de Miami, debaten sobre por qué, dónde, cuándo y cómo las comunidades deben planificar el retiro. Siders recuerda que luchar contra el océano es una batalla perdida.

«Necesitamos dejar de imaginar nuestra relación con la naturaleza como una guerra. No estamos ganando o perdiendo: nos estamos adaptando a los cambios en la naturaleza. Los niveles del mar aumentan, las tormentas llegan a las llanuras de inundación, por lo que debemos retroceder –advierte en un comunicado. Podemos hacerlo de la manera difícil, luchando por cada centímetro y perdiendo vidas y dólares mientras tanto. O podemos hacerlo de forma voluntaria y reflexiva y aprovechar la oportunidad para repensar la forma en que vivimos en las costas. Es por eso que el retiro debe ser estratégico y gestionado».

En este sentido, Mach recuerda que se acumulan los cambios debidos a incendio, sequía y desertificación, aumento del nivel del mar, calor extremo o fuertes lluvias.

Respectos a los principales obstáculos para esta retirada gestionada, Hino reconoce que «moverse es difícil» por motivos sociales, culturales y financieros.

Así, Siders considera que la mayor barrera para retirarse «es que existen beneficios a corto plazo para construir y vivir en áreas propensas a riesgos. A la gente le gusta vivir en estas áreas, a lo largo de las costas, en las riberas de los ríos, en la naturaleza propensa al fuego y los desarrolladores hacen fortunas construyendo nuevas propiedades en áreas propensas a riesgos».

También admite que hay personas que no son conscientes de los riesgos, «mientras que otros eligen ignorarlos porque tienen seguro, creen que los muros de contención los protegerán o simplemente se sienten afortunados.
A su juicio, para abordar estos problemas, el retiro administrado debe integrarse en programas sociales y se deben reformar las políticas que dan incentivos a las personas para quedarse.

La justicia social es otra de las preocupaciones que afecta a cómo realizar la retirada.

Hino recuerda que «implementar un retiro de manera equitativa requiere adoptar un enfoque de contexto específico y poner a los hogares y las comunidades en primer lugar».

En este sentido, Siders destaca que si las personas tienen que mudarse sin ayuda del gobierno, es probable que las que tienen más recursos lo hagan primero, dejando a las personas más vulnerables en las áreas de mayor riesgo.

Mach destaca que Estados Unidos el enfoque más común hasta la fecha ha sido comprar a los propietarios después de los desastres y luego restaurar la tierra para abrir la llanura de inundación, «pero en el futuro hay oportunidades importantes para innovar el cómo del retiro, construyendo a partir de estas experiencias pasadas».

Para mejorar las estrategias de esta retirada, Siders cree que hay que experimentar y buscar soluciones creativas desarrolladas por profesionales y rigurosamente probadas por científicos para aprender qué funciona y qué no.

Mach concluye que la retirada como respuesta climática apenas está comenzando.

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