MADRID
Agencia dpa / (Europa Press) –
Las grandes áreas marinas protegidas tienen efectos positivos no sólo en las especies pesqueras que viven en sus límites, sino también en las migratorias, como el atún.
Investigadores del MIT (Massachusetts Institute of Technology) y la Institución Oceanográfica Woods Hole han encontrado evidencia de que el atún está desovando en el Área Protegida de las Islas Phoenix (PIPA), una de las áreas marinas protegidas más grandes del mundo, que cubre un área del Pacífico central tan grande como Argentina.
Los investigadores observaron múltiples especies de larvas de atún a lo largo de esta extensión protegida, lo que sugiere que varias especies migratorias están usando estas aguas protegidas como una parada reproductiva durante varios años consecutivos, e incluso durante una temporada particularmente fuerte de El Niño, donde PIPA puede haber proporcionado un crítico refugio.
Los resultados, publicados esta semana en la revista Scientific Reports, sugieren que las áreas marinas protegidas pueden ser oasis oceánicos para peces migratorios, con abundantes nutrientes y aguas limpias y claras que fomentan el atún y otras especies migratorias para persistir y desovar a menudo. El estudio respalda la idea de que las áreas marinas protegidas pueden brindar protección a los peces adultos durante el desove, y de esta manera, ayudan a reforzar las poblaciones de peces, particularmente aquellos que, fuera de las áreas protegidas, están en peligro de sobrepesca.
«Hemos demostrado que el atún se está reproduciendo en esta área protegida, y que vale la pena protegerlo», dice Christina Hernández, una estudiante graduada en el Departamento de Ciencias de la Tierra, la Atmósfera y Planetaria del MIT. «Hay varios tipos de protección para áreas marinas en todo el mundo, y todas esas medidas nos permiten preservar mejor las poblaciones y, en algunos casos, proteger especies altamente migratorias».
