Por MARCIA DUNN
CABO CAÑAVERAL, Florida, EE. UU.
Agencia (AP)
Estados Unidos celebró en grande el fin de semana el 50mo aniversario de la llegada del Apolo 11 a la Luna el “gran salto” de Neil Armstrong y Buzz Aldrin— con fiestas, carreras, partidos de béisbol y conciertos, además de brindar con Tang y degustar galletitas MoonPies.
En el Centro Espacial Kennedy de la NASA, Aldrin mostró al vicepresidente Mike Pence la plataforma de lanzamiento desde la que viajó a la Luna en 1969. El mismo tiempo, casi al otro lado del mundo, un estadounidense y dos astronautas más despegaron al espacio a bordo de un cohete ruso desde Kazajistán. Y en la ciudad donde vivía Armstrong, Wapakoneta, Ohio, casi 2,000 personas participaron en diversas carreras “Run to the Moon” (Carrera a la Luna).
“El Apolo 11 es el único acontecimiento del Siglo XX con posibilidades de ser ampliamente recordado en el Siglo XXX”, declaró el vicepresidente.
El oficial retirado de la Fuerza Aérea, Robert Rocco, de 54 años, de Centerville, Ohio, corrió la prueba de 10 kilómetros en Wapakoneta. Dijo que el descenso en la Luna de Armstrong y Aldrin “quizá sea el suceso históricamente más importante en mi vida, quizá en la vida de cualquiera”.
En el Museo de Aviación en Seattle, Gilda Warden, de Tacoma, Washington, miraba asombrada desde una banca el módulo de mando del Apolo II, el Columbia, que estaba en exhibición.
“Es como entrar en la Capilla Sixtina y ver el techo. Uno quiere permanecer ahí y comprender la importancia”, afirmó Warden, una enfermera psiquiátrica de 63 años.
El 20 de julio de 1969, ya en órbita alrededor de la Luna, Armstrong y Aldrin se desacoplaron del Columbia y descendieron en su módulo lunar Eagle en la zona llamada Mar de la Tranquilidad. Armstrong fue el primero en pisar la superficie lunar y declaró para la posteridad: “Es un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”. Fueron las primeras huellas de la humanidad en otro mundo.
En un discurso en el Centro Espacial Kennedy, Pence rindió homenaje a Armstrong, Aldrin y al piloto del módulo de mando Michael Collins si ellos no son héroes “entonces los héroes no existen”, así como a los 400,000 estadounidenses que trabajaron incansablemente para llevarlos hasta la Luna.
Aldrin, de 89 años, sujetó la mano derecha del hijo mayor de Neil Armstrong, Rick, cuando Pence hizo la referencia sobre los héroes. Aldrin se levantó, hizo un saludo y recibió una ovación de pie. Armstrong falleció en 2012. Collins, de 88 años, no asistió a la ceremonia en Florida. Sin embargo, estuvo presente Harrison Schmitt, del Apolo 17, el antepenúltimo hombre en caminar en la Luna en 1972.
Pence reiteró la meta del gobierno del presidente Donald Trump de reanudar en cinco años el envío de astronautas estadounidenses a la Luna y después a Marte. Pence señaló que la próxima generación de astronautas permanecerá semanas y meses en la superficie lunar, no sólo días y horas, como con la misión del Apolo 12.
La NASA efectuó otras celebraciones el sábado, entre ellas las del Centro Espacial Johnson, que fue sede del Control de la Misión en Houston; el Centro del Espacio y Cohetes de Estados Unidos contiguo al Centro Marshall de Vuelo Espacial en Huntsville, Alabama, de donde surgieron los cohetes lunares Saturno V; y el Museo Nacional de Aeronáutica y el Espacio de la Institución Smithsonian en Washington.
Y qué mejor lugar para celebrar que la localidad de Apolo, Pensilvania, en el condado Armstrong, no lejos de los poblados de Mars y Moon Township. La sociedad histórica había resucitado la celebración anual del descenso lunar en antelación al cincuentenario. Todos los astronautas del programa Apolo han sido ciudadanos honorarios de Apolo, dijo Alan Morgan, miembro de la sociedad.
En el Estadio de los Yanquis de Nueva York, el exastronauta Mike Massimino, del programa del transbordador espacial, lanzó la primera bola al exserpentinero Jack Aker, quien el 20 de julio de 1969 estaba en el montículo cuando el partido fue interrumpido para anunciar que el Eagle había alunizado.