Por LINDSEY TANNER
CHICAGO
Agencia (AP)
La asfixia accidental es una importante causa de muerte eventual de bebés en Estados Unidos. Entre los factores habituales están la presencia de mantas, compartir la cama de los padres y otras prácticas poco seguras, según un análisis de datos del gobierno publicado.
Estas muertes “son completamente evitables. Eso es lo más importante”, dijo la doctora Fern Hauck, coautora del estudio y experta de la Universidad de Virginia en muerte de lactantes.
De 250 muertes por asfixia, en torno al 70% implicaba mantas, almohadas y otras piezas blandas de ropa de cama que bloquearon las vías aéreas de los bebés. La mitad de esas muertes relacionadas con ropa de cama ocurrieron en la cama de un adulto, donde la mayoría de los bebés dormía boca abajo.
Casi el 20% de los niños se asfixió cuando alguien con quien compartía la cama se puso de forma accidental pegado a ellos o sobre ellos, y en torno al 12% murió cuando su cara quedó pegada a una pared o un colchón.
Los expertos analizaron datos de entre 2011 y 2014 procedentes del registro de los Centros de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) sobre muertes en 10 estados. Los resultados ofrecen una imagen más detallada de las circunstancias de los fallecimientos que otros estudios, explicó la autora principal del estudio, Alexa Erck Lambert, investigadora del CDC.
Los reportes basados en casos particulares apuntan a que no ha habido muchos cambios en las prácticas inseguras de sueño en los últimos años.
El estudio se publicó el lunes en la revista Pediatrics.
El gobierno y la Academia Estadounidense de Pediatría llevan años haciendo campañas sobre sueño seguro dirigidas a evitar estrangulamientos, asfixia accidental de lactantes y el síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS, por sus siglas en inglés). Entre sus recomendaciones está que los bebés duerman boca arriba, lo que según los expertos ha contribuido a reducir las muertes por SIDS en los últimos 30 años.
Sin embargo, el colecho se ha hecho más popular y los casos de asfixia accidental relacionados con la cama han aumentado, de 6 muertes por 100,000 bebés en 1999 a 23 por 100,000 bebés en 2015, señalaron los investigadores.
La doctora Rachel Moon, profesora de pediatría en la Universidad de Virginia y que no participó en el estudio, dijo que los resultados no son sorprendentes.
Algunos estudios han señalado que el colecho favorece la lactancia y es común en algunas familias por tradiciones culturales. Otras simplemente no pueden permitirse una cuna.
Erika Moulton, una madre de un suburbio de Nueva York, dijo que el colecho era la única forma de que su hijo, Hugo, durmiera cuando era un recién nacido. Moulton tuvo problemas para dormir durante meses, y aunque sabía que los médicos lo desaconsejaban, compartir la cama con el bebé parecía la única opción.
Ahora que tiene 14 meses, señaló, “sigue en nuestra cama. Intentar hacer la transición para sacarle es un poco difícil”.
La asociación de pediatras recomienda que los lactantes duerman en colchones firmes en su propia cuna o moisés, en la habitación de sus padres, durante el primer año. Una sábana bajera ajustable es la única pieza de ropa de cama recomendada para evitar la asfixia o el estrangulamiento.
Los bebés más pequeños no pueden moverse con facilidad para apartarse de la ropa de cama o de un progenitor dormido. Todas las muertes analizadas en el estudio eran de niños menores de ocho meses.