Una madre sostiene a su bebé mientras recibe una nueva vacuna contra la malaria dentro de un proyecto en el oeste de Kenia. Foto la hora: Karel Prinsloo/Ap.

Por MARIA CHENG
LONDRES
Agencia (AP)

Malawi se ha vuelto el primer país que empieza a inmunizar a los niños contra la malaria, informó la Organización Mundial de la Salud. La iniciativa emplea la única vacuna aprobada para proteger contra la enfermedad, contagiada por mosquitos.

Aunque la vacuna apenas protege alrededor de un tercio de los niños que la reciben, es probable que los vacunados sufran casos más leves de malaria. Esta enfermedad mata a unas 435,000 personas al año, la mayoría niños menores de 5 años en África.

«Es una vacuna imperfecta, pero todavía tiene el potencial de salvar decenas de miles de vidas», afirmó Alister Craig, decano de ciencias biológicas de la Facultad de Medicina Tropical de Liverpool, que no está vinculada con la OMS ni a la vacuna.

Craig dijo que inmunizar a los niños y niñas más vulnerables durante la temporada alta de paludismo podría evitar que miles se enfermen o incluso mueran.

La vacuna, conocida como Mosquirix, fue desarrollada por GlaxoSmithKline y autorizada por la Agencia Europea de Medicamentos en 2015. Un ensayo anterior mostró que era efectiva en aproximadamente el 30% de los niños que recibieron cuatro dosis, aunque la eficacia bajaba con el tiempo.

Los efectos secundarios reportados incluyen dolor, fiebre y convulsiones.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, celebró el inicio del nuevo programa al asegurar que los avances en la lucha contra la malaria se habían «congelado e incluso retrocedido».

La OMS dijo que en las próximas semanas se iniciarán programas de vacunación similares en Kenia y Ghana, con el objetivo de llegar a unos 360,000 niños al año en los tres países. GSK donará hasta 10 millones de dosis.

Otros expertos advirtieron que los programas de vacunación no deberían desviar los limitados fondos de salud pública de las herramientas baratas y probadas que también son capaces de frenar la malaria, como los mosquiteros y los insecticidas.

«Esto es algo audaz, pero no es una panacea», opinó Thomas Churcher, experto en malaria del Imperial College London. «Siempre y cuando el uso de la vacuna no interfiera con otros esfuerzos, como la necesidad urgente de insecticidas nuevos, es algo bueno».

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