Por CANDICE CHOI
NUEVA YORK
Agencia (AP)
Una hamburguesa a la semana, pero no más. Eso es todo lo que la gente debería comer por el bien de su salud y del planeta, de acuerdo con un reporte publicado ayer que busca transformar la dieta del mundo.
La cantidad de huevo debería estar limitada a menos de cuatro a la semana, indica el reporte, y los lácteos deben ser de una porción al día, o menos.
El reporte, elaborado por un panel de expertos en nutrición, agricultura y medio ambiente, recomienda una dieta compuesta por alimentos de origen vegetal, con argumentos sustentados en estudios publicados anteriormente que han relacionado la carne roja con un mayor riesgo de problemas de salud.
Otros estudios recientes han demostrado cómo los hábitos alimenticios afectan al medio ambiente. La producción de carne roja ocupa tierra y alimentos para criar al ganado, el cual emite metano, un gas de efecto invernadero.
John Ioannidis, presidente de prevención de enfermedades en la Universidad de Stanford, dijo que celebraba la creciente atención hacia cómo las dietas afectan al medio ambiente, pero que las recomendaciones del reporte no reflejaban el nivel de incertidumbres científicas sobre la nutrición y la salud.
El reporte fue organizado por EAT, una entidad sin fines de lucro con sede en Estocolmo que busca mejorar el sistema de alimentación, y fue publicado en la revista médica Lancet.
El panel de expertos que lo escribió dijo que se necesita urgentemente una “gran transformación alimentaria” para 2050 y que la dieta ideal que esbozaron es lo suficientemente flexible para adaptarse a las culturas alimentarias de todo el mundo.
En general, la dieta se enfoca en granos integrales, frijoles, frutas y la mayoría de las verduras. Señala que se debe limitar el azúcar añadido, los granos refinados como el arroz blanco, y el almidón y fécula como las papas y la yuca. Agrega que el consumo promedio de carne roja debe reducirse a la mitad en todo el mundo, aunque los cambios necesarios varían según la región y las reducciones necesitarían ser más drásticas en los países más ricos, como Estados Unidos.
Sin embargo, convencer a la gente para que limite su consumo de carne, queso y huevos no será fácil, sobre todo en lugares donde esos alimentos son parte de la cultura.
En Sao Paulo, el analista de sistemas Cleberson Bernardes dijo mientras salía de un restaurante que comer solo una porción de carne roja a la semana sería “ridículo”. Mientras que, en Berlín, el artesano Erik Langguth señaló que hay mejores formas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y rechazó la sugerencia de que el mundo reduzca su consumo de carne.