Londres
Agencia (dpa)

Aumentar los impuestos sobre las bebidas gaseosas, el alcohol y el tabaco podría ser un remedio efectivo para combatir el incremento de enfermedades crónicas no transmisibles, según el resultado de cinco estudios internacionales publicados hoy en la revista técnica británica The Lancet.

Los infartos cerebrales, las cardiopatías, la diabetes, las enfermedades crónicas de las vías respiratorias y el cáncer a menudo están relacionados con una alimentación poco saludable y el consumo de drogas, según las investigaciones.

Después de evaluar más de 300 estudios internacionales, los investigadores llegaron a la conclusión de que incrementar los precios de productos poco saludables podría disminuir su demanda, sobre todo entre la población con pocos ingresos.

Al mismo tiempo, estos grupos de la población suelen estar afectados muy a menudo por enfermedades graves y sus consecuencias financieras.

«Las enfermedades no transmisibles son el principal motivo y a la vez la principal consecuencia de la pobreza a nivel mundial», dijo Rachel Nugent, de la organización no gubernamental RTI International y directora del programa de The Lancet sobre enfermedades no transmisibles.

Por ello, señaló, es especialmente útil invertir los ingresos generados con estos impuestos en combatir la pobreza. «Las conclusiones científicas sugieren que son exageradas las sospechas según las cuales subir los impuestos al tabaco, el alcohol y las bebidas gaseosas perjudican a los pobres», expresó Nugent.

Además, los investigadores del programa resaltaron que los impuestos especiales podrían contribuir a alcanzar los objetivos para el desarrollo sostenible de las Naciones Unidas. La ONU acordó en 2015 erradicar la pobreza en todas sus formas antes de 2030. Otro de sus objetivos es reducir en un tercio las enfermedades no transmisibles a nivel mundial.

Según la organización de consumidores Foodwatch, el hecho de que se hayan implantado con reticencia los gravámenes específicos sobre productos poco saludables se debe también a la presión de los lobbies de la industria.

En un informe de 100 páginas, Foodwatch acusó hoy a Coca-Cola de restar importancia a los riesgos probados científicamente que suponen sus bebidas con azúcar y de ser corresponsables del aumento de la obesidad y la diabetes.

La compañía estadounidense rechazó las acusaciones inmediatamente, alegando que proporcionalmente se invierte mucho más en publicidad para bebidas sin o con poco azúcar.

Las enfermedades no transmisibles son la causa de muerte más frecuente a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sólo en Europa se les atribuye el 86 por ciento de todos los fallecimientos.

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