Por TERENCE CHEA
SAN FRANCISCO
Agencia (AP)

De adolescente, Noah Ready-Campbell trabajaba en la empresa constructora de su padre y soñaba con que algún día los robots se encargasen de tareas duras y tediosas como cavar y nivelar el terreno.

Ahora Ready-Campbell está haciendo realidad ese sueño desde Built Robotics, un startup que desarrolla tecnología que permite a aplanadoras, excavadoras y otros vehículos de la construcción operar en forma autónoma.

“La idea detrás de Built Robotics es emplear la tecnología automatizada para que la construcción sea más segura, más rápida y más barata”, dijo Ready-Campbell, un exingeniero de Google, parado en un terreno donde una pequeña topadora movía pilas de tierra sin necesidad de humanos que la manejasen.

La empresa de San Francisco es parte de una ola que está transformando la industria de la construcción, que estaba retrasada respecto a otros sectores en el campo de la innovación tecnológica.

Varias startups tecnológicas están trabajando en robots, drones, software y otras tecnologías aplicadas a la construcción.

Las máquinas autónomas están cambiando la naturaleza de una industria a la que le cuesta encontrar suficientes trabajadores especializados y que no da abasto con la demanda.

“Necesitamos todos los robots que podamos conseguir, más todos los trabajadores, para poder tener crecimiento económico”, sostuvo Michael Chui, del McKinsey Global Institute de San Francisco. «Si las máquinas empiezan a hacer el trabajo que hacían los humanos, los obreros tendrán que aprender otras cosas y hará falta mucha capacitación”.

Obreros de Berich Masonry, localidad de Englewood, Colorado, se pasaron varias semanas hace poco aprendiendo a operar un robot que coloca ladrillos llamado SAM. Se trata de una máquina de 400 mil dólares que puede colocar 3 mil ladrillos en un turno de ocho horas, varias veces lo que coloca un obrero a mano.

Un brazo mecánico de SAM recoge los ladrillos, los cubre con argamasa y los acomoda cuidadosamente para que formen el muro exterior de una nueva escuela primaria. Trabajando con andamios, los obreros cargaron la máquina de ladrillos y limpiaron el exceso de argamasa.

El objetivo, según el presidente de la empresa Todd Berich, es aprovechar la tecnología para tomar más trabajos y mantener satisfechos a los clientes. “Ahora tengo que decirles ‘no’ porque estamos operando al máximo de nuestra capacidad”.

El albañil Michael Walsh dice que los robots alivian la carga y no cree que lo vayan a dejar sin trabajo. “No van a reemplazar a la gente”, sostuvo.

El Sindicato Internacional de Albañiles y Artesanos Aliados no parece preocupado por la perspectiva de que sus afiliados se vayan a quedar sin trabajo, según uno de su dirigente Brian Kennedy.

“Hay muchas cosas que SAM no puede hacer, que requieren albañiles”, manifestó Kennedy.

La automatización responde en parte a una fuerte escasez de obreros calificados de la construcción.

Un estudio reciente de la asociación nacional de contratistas comprobó que el 70% de las empresas del ramo tienen problemas para conseguir obreros especializados.

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